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México (2 de marzo).-
El reporte preliminar sobre las causas que provocaron la muerte de la ballena de aleta azul, encontrada el domingo frente a la costa de Yucatán, apuntó a una enfermedad.
El biólogo Raúl Díaz Gamboa, director del Programa de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), informó que en la necropsia no se encontró evidencia de interacción humana en el deceso.
“Quiere decir esto que no hay evidencia de lesiones por redes, arpones o colisión con embarcaciones, cortes. Tampoco hay evidencias, que es la parte fuerte que nos solicitaron, de que el organismo haya muerto por exploraciones de yacimientos petroleros”, afirmó en entrevista.
El equipo de investigadores sólo detectó una malformación, un tumor expuesto en el cetáceo macho de unos 14 metros de largo y aproximadamente 20 toneladas de peso.
Sin embargo, por la localización de la concavidad, que no estaba cerca de órganos vitales, se descartó como probable detonante del fallecimiento.
“Algo que llamó mucho la atención es que el sistema digestivo a nivel estomacal no tenía alimento para nada. Este organismo no se había alimentado antes de morir varios días, y además encontramos ulceraciones gástricas, profundas, múltiples en la primera cama estomacal”, explicó el experto.
“Entonces, esto indica un padecimiento, pues, digestivo, que ya el organismo lo tenía desde ya un tiempo antes de morir. Esto nos podría indicar que este padecimiento hizo que después dejara de comer, que se enfermara o muriera, pero no es algo contundente”, agregó.
El responsable del equipo forense enfatizó en que no se dispone de elementos determinantes que establezcan al 100 por ciento qué llevó a la muerte al animal.
Díaz Gamboa ratificó que las muestras toxicológicas que estudiará el Cinvestav-Mérida requerirán de varios meses para su diagnóstico, aunque estimó que al final no modificarán lo que se conoce hasta ahora.
“Serían nada más complemento, no es para que cambien el rumbo del resultado preliminar”, acotó.
Otro paquete de muestras será enviado a Estados Unidos para analizar aspectos alimentarios y ecológicos del ejemplar, con lo cual se rastrearía qué comió en toda su vida, de dónde vino y cuestiones similares.
El documento con las conclusiones de los biólogos de la UADY fue entregado hoy a la Delegación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en Yucatán.