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México (3 de mayo).-
Más de 90 por ciento de las personas con hipertensión pulmonar que son diagnosticadas de manera tardía fallecen en un año, de ahí la importancia de no descartar este padecimiento en pacientes con problemas para respirar.
La hipertensión pulmonar es una enfermedad rara o huérfana porque afecta a entre ocho y 40 personas por cada millón, y afecta principalmente a mujeres y hombres en edad productiva, con más prevalencia en personas del sexo femenino.
Es una enfermedad crónica-letal de difícil diagnóstico porque frecuentemente se confunde con asma y con padecimientos pulmonares o cardiacos, lo que hace perder entre 2.5 y 3 años a los pacientes antes de llegar a un tratamiento adecuado.
En el Taller Latinoamericano de Hipertensión Pulmonal, organizado en esta ciudad por la farmacéutica Bayer, especialistas exhortaron a la comunidad médica a sospechar de la presencia de ese problema de salud en personas que acuden con disnea (dificultad para respirar) y fatiga.
La hipertensión pulmonar se divide en cinco grupos, aunque las más frecuentes son la ideopática (de origen desconocido) y la tromboembólica crónica (HPTEC) que surge de manera secundaria a raíz de otros padecimientos.
Esta última ocurre cuando trombos obstruyen el flujo sanguíneo a los pulmones que se encargan de oxigenar la sangre y entonces aumenta la presión de las arterias de la zona, explicó el jefe de terapia intensiva de la Fundación Favaloro, Francisco Klein.
Al respecto el jefe de Neumología de la fundación, Jorge Cáneva, destacó que ese tipo de hipertensión es altamente curable mediante cirugía y con terapias innovadoras.
Recomendó poner atención cuando una persona “tiene color azul en los labios porque es síntoma de que algo está mal, si hay fatiga, irritabilidad y sensación de falta de aire”.
Señaló que 70 por ciento de los casos de hipertensón pulmonar tromboembólica crónica son causa secundaria de enfermedades cardiacas y 20 por ciento de padecimientos respiratorios, mientras que el resto obedece a otros padecimientos.
Por su parte Liliana Favaloro, adscrita al programa de insuficiencia cardiaca de la Fundación Favaloro, mencionó que las fracturas de cadera, cirugía mayor, traumatismo, terapia con anticonceptivos orales, embarazo, parto, viajes largos y la obesidad son factores que pueden favorecer la presencia de esa padecimiento.