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"A pesar de que ya estamos en el siglo XXI, donde las mujeres se han vuelto más independientes y más participativas de la economía del país y del estado que en otros siglos. La gran mayoría de las jóvenes yucatecas aún siguen esperando casarse con alguien que las mantenga", señalo la investigadora Gina Villagómez Valdez.
Añadió que aunque la yucateca actual ya no se identifica con el modelo de mujer del siglo pasado: virginal, abnegada y sumamente controlada por sus padres, lo que aún conserva es la idea de que para ser exitosa tiene que estar casada y con una pareja que la mantenga, aunque ella tenga la preparación profesional para trabajar y ganar su propio dinero.
Dio a conocer que de acuerdo con una encuesta que actualmente realiza entre jovencitas sobre el noviazgo, todas tienen anhelos de casarse y tener hijos.
—Es raro encontrar a una muchacha que diga que no es necesario tener un hombre en su vida para ser exitosa.
La doctora en antropología social e investigadora de la Unidad de Ciencias Sociales del Centro de Investigaciones Regionales Hideyo Noguchi indicó que aunque la prioridad número uno de las jóvenes encuestadas es terminar la carrera, su objetivo principal siempre es el de casarse y no tener hijos pronto, luego de conseguir un empleo.
—Del cuarto al séptimo lugar las prioridades son: estudiar un posgrado, casarse y tener hijos, viajar y tener un negocio propio, respectivamente.
—Lo que estas muchachas no tienen en cuenta al planear casarse con alguien que las mantenga es cómo saldrán adelante en caso de que el matrimonio fracase, lo que desafortunadamente es muy común.
Al respecto, precisó que en 2004 Yucatán se ubicó en tercer lugar nacional en divorcios, con 23 por cada cien matrimonios, una cifra que con respecto a 1994, se triplicó en tan sólo diez años.
—Otro dato importante es que en Yucatán, 20% de los hogares es sostenido exclusivamente por mujeres solas.
La Dra. Villagómez Valdez que en el caso de los varones, éstos siguen prefiriendo a mujeres tradicionales, es decir, que ven el matrimonio como una meta en su vida y a las que les gusta ser mantenidas y protegidas por su pareja.
—No les llama la atención una mujer independiente emocional y economicamente; una mujer, cuya meta sea su realización como persona y profesional y esto puede explicarse porque al hombre le han enseñado que su rol principal es el de protector y de proveedor.
Señaló que aunque parezca difícil de creer es raro encontrar una mujer totalmente independiente que decida afrontar la vida sin el apoyo emocional o económico de algún varón. Esas excepciones no son tomadas en cuenta por la gran mayoría de los hombres.
{xtypo_quote}Ante este panorama las mujeres debemos prepararnos psicológica y económicamente para lo que podría venir, por lo cual lo recomendable es tener los hijos que una pueda mantener y cuidar sola.{/xtypo_quote}
Comentó que aunque el matrimonio sigue siendo la principal aspiración de la gente, las costumbres en torno a éste se han relajado bastante porque las nuevas generaciones de padres así lo han permitido.
Como ejemplo, citó las visitas que los novios hacían a las muchachas en sus casas y a plena vista y supervisión de la familia, generalmente en la sala del predio. Ahora se hace en la misma casa, pero muchas veces en la recámara de las jovencitas y sin testigos. Tampoco es poco común el caso de jovencitas que visitan a sus parejas o novios en casa de ellos.
—Las visitas a las novias eran en realidad una forma de los padres de ejercer un control sexual sobre las hijas para evitar que ellas se fueran o "metieran la pata". Esta supervisión que era posible porque generalmente la familia se unía para ver la televisión mientras los novios estaban con ellos en su visita. Ahora, como cada quien tiene televisión en su cuarto, los jóvenes de ahora tienen más facilidad para estar solos, incluso en la misma casa.
Agregó que los padres de antes también pensaban que si sus hijos venían a deshoras de sus visitas —11 o 12 de la noche— es que las muchachas debían ser chicas fáciles. Esto ahora no se piensa porque los mismos padres han relajado la disciplina de sus hijos.
Opinó que otro aspecto en cuanto al noviazgo que ha cambiado es la "pedida de mano" que anteriormente era obligatorio, por así decirlo, para hacer oficial el compromiso de matrimonio.
Señaló que aunque hay gente que aún práctica esa costumbre, la gran mayoría ya no le da importancia.
—En mi forma de ver las cosas, la pedida de mano es un contrato de compra-venta entre los padres de la novia y los futuros consuegros que involucraba a más gente de la realmente interesada. L.I.