449 palabras
No sufro de demencia senil; no tengo lagunas mentales; ni arrastro las palabras al hablar…
No tengo planeado suicidarme; no tomo los tragos ni soy drogo; no sufro de depresiones ni estoy sujeto a tratamiento alguno, sea mental o fisiológico…
No tengo problemas amorosos (al menos no, que yo sepa), ni enfrento dificultades familiares. No debo dinero a nadie ni he tenido acreedores; no he despedido a nadie de manera justificada o injustificada. No soy aficionado a deportes extremos ni manejo de manera alocada.
Como pienso seguir tziringando en la red (y donde se pueda, aunque no me dejen) me sentí orillado a elaborar esta DECLARACIÓN DE NO ANTECEDENTES MÉDICO-DEPRESIVOS, para el remotísimo caso de que aparezca una carta desdiciéndome de lo que he escrito, declarándome admirador de la Chica del Calendario o del Pelochas de la Política Ficción. Estoy enterado y me despiertan temor las habilidades que tiene mi perseguidora para castrar cerdos y estoy conciente del poder omnímodo que detenta su padrino Salinas y que opera con magistral cinismo su pilluelo Emilín, el del xtokoy-solar.
Por todo lo anterior me declaro VIVO y con derecho a vivir en libertad, me declaro con derecho a pensar, a decir y a escribir todo lo que me nazca y decida. Me declaro con capacidad para discernir, con derecho a disentir y con el valor suficiente para hacerlo de manera franca, crítica, consecuente. Hay quienes nacieron para ejercer el poder y habemos quienes optamos por criticar su ejercicio.
Mérida la de Yucatán, Yucatán de los Menéndez;
el Día de la Libertad de Prensa del 2009.
Atentamente
José Luis Sierra Villarreal
P.D. Como no pienso dejar un mensaje videograbado para que se difunda en caso que me maten, preferí escribir esta relación de opciones cerradas como me gusta hacerlo a mí: en vida (yo sólo puedo decir que estoy “vivito”, la que anda “vivita y coleando” es mi perseguidora), de manera abierta y con firma al calce.