332 palabras
El jueves pasado se cumplieron NUEVE MESES, nueve, de que aparecieron 12 cuerpos descabezados. Nada se sabe, hasta el día de hoy, de sus ejecutores ni de las razones de tan cruento episodio. La Gobernadora, enfiestada, pasa de los programas de chismes de T.V. Azteca a las telenovelas de TELEVISA.
El domingo por la tarde, un grupo de pistoleros tirotearon una residencia en la colonia Benito Juárez (calle 37). Nada ni nadie les impidió la fuga, los pistoleros salieron como Pedro por su casa a pesar de encontrarse atestado el restaurante Friday’s, a escasos 30 metros del domicilio baleado (apenas empezaba el partido Tuzos-Pumas).
Las cosas se tornan preocupantes si consideramos que la gobernadora Ortega ocupa, desde hace varios meses, una residencia a no más de 120 metros del domicilio baleado y cuenta, permanentemente, con un “cerco de protección policial” que, paradójicamente, no reaccionó ante la docena de disparos de grueso calibre. ¿No los oyeron o tenían orden de mirar pa’ otro lado?
El predio baleado linda, en su parte posterior, con la casa que, al decir de la policía, fue ocupada por los sicarios que realizaron la matanza de agosto pasado. ¿Advertencia, recordatorio? ¿Para quién? ¿Para el inquilino, para la Gobernadora, para los yucatecos?
Por lo pronto, el inquilino ya puso pies en polvorosa: se fue de Yucatán, pitando y sin despedirse. La Gobernadora se hace la que no vé ni oye. ¿Y la sociedad yucateca? ¿Seguiremos pasivos ante la falta de resultados, nada haremos con el Gobierno ENFIESTADO que nos recetaron Salinas y Peña Nieto?