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México, 5 de diciembre.- La apnea del sueño, definida como el cese de la respiración por más de 10 segundos mientras se duerme, por una obstrucción en el flujo de aire a nivel de la laringe, puede presentarse incluso en recién nacidos y provocar la llamada muerte de cuna o síndrome de muerte súbita.
El neumólogo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Rubén Santoyo Ayala, indicó que los bebés que la padecen dejan de respirar, es decir, hacen apneas prolongadas, y si los papás no están al pendiente, puede ocurrir una obstrucción de consecuencias fatales.
El especialista, adscrito al Hospital de Especialidades de la institución, precisó que las amígdalas hipertróficas, obesidad y malformaciones bucales o dentales son factores para el desarrollo de apnea tanto en niños como en adultos.
Resaltó que el 85 por ciento de los casos de apnea se dan por obstrucción en la respiración. “La obstrucción puede ser por cuello corto, por la obesidad o bien, porque duermen boca arriba, similar a lo que ocurre en los adultos”.
Existe, dijo, la llamada apnea central, la cual se relaciona con alteraciones en el sistema nervioso y también la del tipo mixto que se asocia al funcionamiento cerebral y obstrucciones de tipo físico.
Comentó que la mayoría de pacientes pediátricos con apnea del sueño son intervenidos quirúrgicamente para extirpar las amígdalas, aunado a que si el niño tiene obesidad debe controlar su peso, por lo tanto el tratamiento es integral.
Indicó que existe otra alternativa que es el uso del aparato conocido como CPAP (presión positiva de la vía aérea) que consta de una máscara nasal para inyectar aire a presión, a fin de abrir los canales respiratorios para que el oxígeno entre sin dificultad.
En el caso de los pacientes con malformaciones bucodentales, dijo, son más propensos a la problemática los que presentan Síndrome de Down y Síndrome de Prader Willi, además de los que nacen con labio y paladar hendido, por lo que aconsejó extremar la vigilancia en estos casos.
Recomendó a los padres estar atentos a los síntomas en los niños que pueden sugerir la presencia de apnea: si ronca, sobre todo de forma intensa; si tiene algún grado de obesidad; si presenta somnolencia diurna debido a la falta de un sueño reparador y si mientras duerme tiene cese de la respiración, ya sea corto o prolongado.
Resaltó que la incidencia de apnea de sueño en los niños se estima entre un cuatro y un cinco por ciento, siendo más frecuente en la edad preescolar y escolar.
Mencionó que los infantes que presentan apnea pueden mostrarse irritables, debido a la falta de descanso por las noches, tener mal desempeño escolar, manifestar hiperactividad y tienden a respirar por la boca.
Recalcó que es importante realizar un diagnóstico temprano para un mejor pronóstico y lo principal es prevenir esa problemática, vigilando el peso corporal del niño, para evitar que desarrolle obesidad y con ello, el riesgo incrementado a padecer apnea y otras consecuencias*.- (Notimex)*