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Seúl, (9 de enero): El líder norcoreano Kim Jong Un celebró ayer su cumpleaños 31 con un partido de basquetbol que se jugó en su honor, el cual incluyó a jugadores provenientes del país que Kim a menudo ha amenazado con destruir.
El juego tuvo elementos de comedia y farsa. Según informes de prensa, el ex jugador de alto perfil de la NBA, Dennis Rodman, se inclinó ante Kim —a quien ha llamado “amigo para siempre”— antes del partido y le cantó “feliz cumpleaños”.
No se permitió a los espectadores meter cámaras a la arena, que cuenta con enormes retratos colgantes del padre y abuelo de Kim, según los asistentes.
El juego no fue transmitido por la cadena de televisión estatal norcoreana.
Sin embargo, material publicado en YouTube por Sky News mostró a los jugadores —estadounidenses y norcoreanos— aplaudir al ritmo de la melodía que Rodman cantó a Kim, quien permaneció sentado al borde de la cancha durante el juego.
Rodman, un inconformista que ha manejado la imagen de chico malo desde sus días como jugador, realizó su cuarto viaje a Corea del Norte en el último año y se encargó de organizar un equipo formado por ex reservistas de la NBA y jugadores callejeros, y coordinar el viaje a Pyongyang.
Este viaje basquetbolero es una especie de primo raro de los intercambios diplomáticos de ping-pong entre China y Estados Unidos en la década de 1970. Pero pese a que la diplomacia deportiva se supone que debe ser atractiva, específicamente porque no es controversial, Rodman causó controversia como parte de su viaje.
La ex estrella de Detroit Pistons, que también jugó para Chicago Bulls y Spurs de San Antonio, ha llamado a Kim un “excelente tipo”.
Rodman muestra poca o ninguna preocupación por los abusos que Kim ha perpetrado como líder de uno de los regímenes más autoritarios del mundo, incluida la ejecución de su tío y asesor cercano el mes pasado y la detención de Kenneth Bae, un estadounidense que ha estado detenido en Corea del Norte durante más de un año.
Funcionarios de la NBA, del Departamento de Estado y la Casa Blanca han tratado de distanciarse de las tácticas extravagantes de Rodman, las que describen como un esfuerzo de acercamiento inapropiado hacia un líder que no lo merece. El representante demócrata Eliot Engel describió el proyecto de Rodman como “extraño y grotesco” y lo comparó con un almuerzo con Adolf Hitler.
Kim presuntamente adora el basquetbol y es fanático de uno de los antiguos equipos de Rodman —Bulls— desde que era un adolescente. Aun así, su amistad con el atleta es una curiosa elección y plantea interrogantes acerca de su comprensión de las relaciones públicas.- (Agencias)