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KUALA LUMPUR, Malasia, 10 de marzo.- La desaparición de un avión malasio es un "misterio sin precedentes", dijo el jefe de Aviación Civil del país, mientras que el tercer día de una extensa búsqueda por mar y tierra no logró hallar indicios del avión ni de sus 239 ocupantes. Las dudas se multiplican, pero las certezas escasean.
El vuelo MH370 despegó de Kuala Lumpur a las 00:41 hora local (16:41 GMT del viernes) y tenía previsto llegar a Pekín unas seis horas más tarde.
Aviación Civil indicó que su última posición en el radar antes de que se perdiese la señal fue a las 01:30 hora local del sábado (14:30 del viernes en la Argentina).
Se trataba de un Boeing 777-200. El director de la aerolínea, Ahmad Jauhari Yahya, admitió ayer que el avión desaparecido se vio envuelto en agosto del 2012 en un accidente en la pista de despegue en Shanghai. Había sufrido una colisión con otro avión, lo que causó daños en la punta de una de sus alas. Sin embargo, los daños fueron reparados por Boeing y las autoridades aéreas dieron el visto bueno para que pudiera volver a volar.
Un total de 227 pasajeros, incluidos 153 personas de nacionalidad china y 38 malasios, de acuerdo con el manifiesto de vuelo. Dos de ellos eran niños, de 4 y 2 años. Además, había: 7 indonesios, 6 australianos, 5 indios, 4 franceses, 3 estadounidenses, 2 neozelandeses, 2 ucranianos, 2 canadienses, 1 ruso, 1 italiano, 1 holandés, 1 austríaco y 1 taiwanés.
Todos los miembros de la tripulación, 12 en total, son de nacionalidad malasia.
Dos de los pasajeros viajaban con pasaportes que no eran suyos sino de documentos robados en Tailandia en los años 2013 y 2012, que pertenecen al italiano Luigi Maraldi y el austríaco Christian Kozel. Ninguno de los dos se encontraba en Malasia el sábado pasado.
Hoy se dio a conocer que ya se sabe cuál es la nacionalidad de uno de los impostores pero que no iban a difundirla. Sólo precisaron que no era un pasajero malayo.
Estaba volando sobre el Mar de China Meridional, al Sur de la península Ca Mau de Vietnam. La ruta normal hubiera sido volar sobre Camboya y Vietnam antes de entrar al espacio aéreo chino. Basándose en la información de los radares, el ejército malayo apuntó a la posibilidad de que el avión diera media vuelta tras despegar de Kuala Lumpur.
El piloto de la nave no emitió ninguna señal de alerta, por lo que se cree que sucedió algo repentino que le impidió dar aviso a la central. Entre los motivos para explicar esto, se encuentran: una falla estructural catastrófica del fuselaje, las alas o de sus turbinas Rolls-Royce Trent 800; desorientación del piloto; la falla de ambos motores; una bomba; secuestro; suicidio del piloto; mal tiempo; derribamiento por fuerzas armadas de un país.
Inicialmente se concentró en el mar de China Meridional. Pero los trabajos de búsqueda y rescate se han extendido hacia el Estrecho de Malaca, en la costa occidental de Malasia.
Una flota internacional de 40 barcos y 24 aviones provenientes de Australia, China, Estados Unidos, Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur, Tailandia, Vietnam y Nueva Zelanda, el último en incorporarse, no han encontrado restos del aparato.
Factores comunes a los accidentes aéreos son el mal tiempo, el error humano y problemas de navegabilidad. Aunque se cree que las condiciones atmosféricas para este vuelo eran buenas. El piloto, de 53 años, contaba con más de 18.000 horas de vuelo de experiencia y trabajaba para la aerolínea desde 1981.
Debido a que no se conocieron rastros hasta el momento, no se descarta que el avión haya explotado en el aire o incluso que haya sido blanco de un atentado terrorista. Interpol y la Agencia Federal de Inteligencia de Estados Unidos (FBI) avanzan en las investigaciones por este tema.
Hasta el momento hubo dos pistas, que luego fueron descartadas. Una era una mancha de combustible en el mar, que hoy se confirmó que pertenecía a un barco. Otra era una "mancha amarilla" que otro avión divisó ayer y consideró que se podía tratar de una parte del avión desaparecido. Sin embargo, hoy se acercaron a la zona e informaron que se trataba de basura flotante.
Después de casi tres días alojados en un hotel de Pekín, los familiares de los pasajeros chinos del avión de Malaysia Airlines desaparecido padecen cada vez más en silencio el desconcierto ante la incógnita de lo ocurrido y rehúsan de momento moverse de la capital del país asiático.
El misterio que aún rodea su fulgurante desaparición hace recordar lo ocurrido en tragedias aéreas como la del vuelo Air France, que se precipitó al Atlántico en 2009, y cuyas causas siguieron revelándose más de dos años después, o la del Pan Am 103, cuyos restos cayeron a la ciudad escocesa de Lockerbie tras ser destruido por una bomba en 1988. (EFE, Reuters y AFP)