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BRUSELAS, Bélgica, 5 de mayo.- Con sus matices y pese a la "gravedad" del paro, Bruselas está convencida de que la recuperación de la economía española es "firme", que va en serio, que lo peor de la crisis, como se afana en resaltar el Gobierno de Mariano Rajoy, es cosa del pasado.
Después de tocar fondo, solo queda crecer y España, tanto este ejercicio como en el 2015, lo hará muy por encima de lo vaticinado hace apenas un año, cuando el derrotismo se apoderó del Consejo de Ministros.
Así lo confirmó ayer la Comisión Europea, que mejoró ligeramente sus previsiones de invierno -presentadas el 25 de febrero- y pronosticó que el PIB del país crecerá el 1.1% en el 2014 y casi el doble, el 2.1%, en el 2015, siguiendo así la estela de la Eurozona (1.2% y 1.7%, respectivamente). "La principal conclusión es que el próximo año, y por primera vez desde el 2008, España crecerá más que la media de los países del euro", se felicitó en Bruselas el ministro Luis de Guindos a su llegada al Eurogrupo.
El optimismo es generalizado, pero la euforia que comienza a protagonizar el discurso gubernamental del PP dista bastante de la austera opinión del Ejecutivo comunitario, siempre empeñado en remarcar las carencias, en evitar, precisamente, los triunfalismos.
"España ha sido muy eficaz al aplicar su programa reformista, pero la situación del paro es grave", advirtió el comisario de Asuntos Económicos en funciones, Siim Kallas -Olli Rehn está de campaña electoral-.
En Bruselas ya no saben qué adjetivo colocar a una tasa de desempleo que será del 25.5% este año y del 24% en el 2015, cuando España compartirá con la devastada Grecia por el último puesto del ranking (la media de la Eurozona será del 11.4% y la de la UE, del 10.1%).
De Guindos, que mantuvo como buenas las previsiones que acaba de publicar su Gobierno (24.9% en el 2014 y 23.3% en el 2015), lo vio de otra forma. Prefirió quedarse con la estadística que dice que la creación de empleo crecerá el 0.4% este año y el 1.2% el próximo, de nuevo por encima de la media de la Eurozona (0.4% y 0.7%, respectivamente) y de todas las grandes potencias.
Sin embargo, las preocupaciones van mucho más allá que el paro, como así lo recordarán los economistas bruselenses en sus recomendaciones que se publicarán el 2 de junio. Entre ellas destaca el déficit, el gran caballo de batalla de la economía española con permiso del desempleo y de la deuda. El Ejecutivo presidido por Durao Barroso cree que España cumplirá con creces su compromiso para el 2014 (5.6% frente al 5.8% exigido), pero el del 2015 se disparará de forma preocupante hasta el 6.1% cuando debe bajarlo hasta el 4.2%. Un desfase de 19,000 millones que en Bruselas preocupa, y mucho, pero que en Moncloa no parece provocar mayores desvelos. El ministro de Economía, en este sentido, ratificó su compromiso con el déficit y señaló, confiado, que se trata de una "proyección inercial del déficit público» que se irá corrigiendo, al no tenerse en cuenta factores determinantes como la «evolución de los tipos de interés, la mayor recaudación o las medidas adoptadas por el Gobierno".
La clave de bóveda que marcará si España cumple con sus compromisos será la reforma fiscal que Bruselas sigue sin conocer y que se aprobará en junio. No obstante, sus primeros efectos no llegarán hasta el 2015, año decisivo, año electoral. El Gobierno lo que va a aprobar para el año que viene es una reducción de impuestos, con un IRPF completamente nuevo que no tendrá nada que ver con el anterior. Es una modificación sustancial y de fondo del IRPF que va a suponer una importante reducción de la carga fiscal para los contribuyentes españoles", recalcó De Guindos. Sí, España se ajustará en otros 19,000 millones de euros reduciendo impuestos, algo que en Bruselas, que pide subir el IVA y reducir las cotizaciones sociales para así bajar el paro, no tienen muy claro.
La otra gran preocupación, que ya comienza a tomar tintes de pesadilla, es la deuda pública. La Comisión dice que seguirá in crescendo en el 2014 hasta el 100.2% del PIB y que se disparará hasta el 103.8% en el 2015. Es decir, que España deberá más que la riqueza que es capaz de generar en un año, cifrada en algo más de un billón de euros. Economía, sin embargo, mantiene que será del 99.5% este año y del 101.7% el próximo, ejercicio a partir del cual ya comenzará a descender.
La Comisión, por otra parte, cree que se producirá un repunte de la demanda doméstica que favorecerá la recuperación, que las exportaciones siguen al alza de "forma robusta" y que los costes unitarios laborales se mantendrán "moderados". Entre las advertencias, recuerda que la evolución de la economía de Latinoamérica puede afectar, y mucho, a las grandes empresas del país. (La Rioja)