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TORREON, Coahuila, 11 de mayo.- Pachuca regresó ayer a una Final cinco años después y aunque terminó encomendándose a un santo en una noche de espectáculo, anotaciones, dramatismo y alarido en Torreón, los goles de visitante le permiten disputar los partidos por el título tras un 4-4 global frente a los laguneros.
Tras caer por dos tantos de diferencia en el Partido de Ida celebrado en el Estadio Hidalgo, la necesidad empujó a los locales desde el silbatazo inicial y buscaron a toda costa el gol que les diera esperanza en la serie. Oswaldo Alanís tuvo la primera opción de peligro en tiro de esquina, pero su remate de cabeza se fue ligeramente por encima del horizontal.
Los visitantes no reaccionaban, eran presas de un dominio marcado y después de salvarse en varias ocasiones, la especulación con la que saltaron al terreno de juego tuvo consecuencias al ser testigos de una anotación en contra que se conjugó entre una mala salida de Óscar Pérez en táctica fija y un remate certero de Rafael Figueroa.
Quintero tuvo el segundo de la noche en sus botines, pero esta vez el Conejo sí estuvo fino y detuvo con la pierna derecha el disparo a quemarropa del colombiano que ya olía a gol después de quitarse con facilidad a un defensor.
Lo que parecía un guión favorable para Santos en esta Semifinal de Vuelta tuvo un cambio drástico al ser expulsado Oswaldo Sánchez después de impactar a Valencia en juego peligroso cuando ya se había escuchado un silbatazo que detenía las acciones. La tarjeta roja no apareció rápidamente por parte de Marco Rodríguez, pero sí cuando el arquero reclamó con dureza.
El portero suplente Julio González tuvo que entrar en acción, pero lo hizo de forma desafortunada, ya que al recibir un balón retrasado por parte de Abella, quiso burlar a Valencia en el área y protagonizó un yerro del tamaño del estadio cuando el campeón de goleo no se tragó la finta, robó el esférico y marcó con facilidad el empate.
El Estadio Corona pasó del júbilo a un aroma a velorio y más cuando los Tuzos siguieron aprovechando la desconcentración del rival, y antes de concluir la parte inicial lograron el segundo tanto a través de un cabezazo mortal de Dieter Villalpando.
Rentería entró de cambio en el segundo tiempo en busca de la hazaña. Dos tiros libres en menos de cinco minutos de Juan Pablo Rodríguez y Darwin Quintero, fueron el preludio de un penalti a favor del cuadro local que dio un viso de esperanza al concretar el mismo Chato desde los once pasos.
Pachuca sufrió la expulsión de Ayoví por un juego peligroso a Oribe Peralta y el dramatismo estuvo presente, ya que el Chuletita Orozco perforó la cabaña del Conejo de cabeza y ahora su escuadra necesitaba dos anotaciones para cristalizar el milagro.
El tiempo fue el peor enemigo para la escuadra de Caixinha y a pesar de su esfuerzo y otro gol de Figueroa, al final con el 4-2 a su favor en la noche no pudo dar la alegría a su gente de disputar otra Final; sin embargo, murió con valentía, como auténtico guerrero entre el regocijo contraste del oponente que sí tendrá la oportunidad de pelear por el título. (Agencias)