655 palabras
Un nuevo escándalo se da en el panorama político yucateco, a mi parecer un hecho que dibuja el contexto de la próxima elección de estado que se avecina en la entidad. A estas alturas están dadas las condiciones para pensar que el PRI está próximo a ganar el proceso electoral con base en dos factores principalmente: Un árbitro de la contienda, el IPEPAC, que ha sido pasivo en el proceso —por no decir otra cosa— y que ha dejado hacer al PRI lo que quiera, enrareciendo el ambiente político al grado de pensar que muchos de sus integrantes están del lado del tricolor deliberadamente.Y una gobernadora que no pudo contener la tentación de ser cacique al precio que sea y que de cara a las elecciones metió las manos en casi todo para que su candidata por la Alcaldía de Mérida se levante con el triunfo
La última acción que demerita a todas luces el trabajo del IPEPAC y deja a los ciudadanos en un estado de indefensión ha sido el actuar del funcionario Daniel Rochel Novelo, quien a pesar de ser un servidor público, subdirector de Capacitación del organismo electoral yucateco, tuvo los tamaños para pasarse por el arco del triunfo las disposiciones legales y organizó en su propio domicilio una reunión en apoyo a la candidata priísta por Mérida.
En el evento realizado a espaldas de la facultad de Psicología de la Uady, se logró reunir a cerca de 200 personas, quienes degustaron alimentos mientras escuchaban a Angélica Araujo.
Entonces, ¿quién pago el evento?, ¿Cómo se dio la organización del mismo?, ¿Quién invitó a quién? Queda claro que tanto el PRI como Rochel Novelo sabían de la reunión. Ambas instancias sabían que estaban haciendo algo fuera de la ley y poco les importó, lo que es totalmente reprobable y deja un mal precedente de cara al proceso electoral.
Con estos antecedentes la sanción que se le aplicó al funcionario —suspensión de su cargo por dos meses— es benevolente, por no decir ridícula e insultante para la opinión pública, ya que dada su responsabilidad de capacitar a los ciudadanos en materia electoral, este nefasto personaje tenía conocimiento de las disposiciones y consecuencias que en materia legal tienen los servidores públicos en todo proceso electoral, de tal manera que actuó con alevosía y ventaja, por lo cual debió ser dado de baja una vez comprobadas las anomalías.
Pero no, el IPEPAC no castigó como debiera la falta de Rochel Novelo, sino que lo dejó en su puesto de cara al proceso electoral del 2012. ¿Entonces qué clase de árbitro tenemos para hacer valer la ley?
Sin lugar a dudas, por la irrisoria sanción a este funcionario, el IPEPAC perdió credibilidad ante el electorado y manda el mansaje que su accionar sirve a los intereses de la gobernadora y que, por tanto, está del lado del tricolor. Estamos, entonces, ante una elección de Estado.
La única fórmula para evitar la elección de Estado es la organización de la sociedad civil que luche hasta las últimas consecuencias. A tres semanas de las elecciones yucatecas la sociedad civil aún puede hacer algo al respecto, de lo contrario ya sabemos lo que nos depara el futuro. Confiemos en que los yucatecos que no comulgan con prácticas antidemocráticas salgan a votar el día de la elección y sean una mayoría que cambie el sentir de una elección que, como ya se vió, será de Estado. Por el bien de Yucatán que así sea.