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Las mentiras que la prensa mexicana publica, exagerando las consecuencias de la decisión del gobierno federal de combatir la delincuencia organizada, no son un asunto que sólo moleste a México como nación, sin son algo que ha trascendido las fronteras y ha provocado que la prensa de los Estados Unidos adopte las mismas "visiones", haciendo a un lado la realidad para que las historias periodísticas tengan más "venta".
En el caso de México sabemos y cada día con mayor seguridad, que la prensa tiene sólo dos posibles razones para actuar como lo hace: 1) o son ignorantes y hacen el papel de tontos útiles (para el PRI) o, 2) se trata de gente receptora del "chayote" a la usanza tradicional mexicana, inventada por el PRI (periodistas pagados para que las cosas suenen siempre a favor del PRI).
A continuación hemos traducido un artículo del norteamericano Dean Putegnat en el cual expone las realidades que él ha encontrado en México y que percibe muy diferentes a las fantasías periodísticas que están perjudicando a México dentro y fuera de sus fronteras.
Cualquiera que haya tomado un curso de Periodismo 101 en la escuela estará familiarizado con esta famosa frase. Y el dicho es cierto, sin duda, en el caso de la situación actual en algunas partes de México, donde medios de comunicación y sus informes de seguridad se han convertido en endémicas (mientras que al mismo tiempo, hacen caso omiso de la paz y tranquilidad en el resto de ese país).
Es por eso que —como propietario de Rancho Caracol [situado en Tamaulipas]— me gustaría tomar unos minutos para separar los hechos de la ficción cuando se trata de la seguridad en México, y, más en concreto, en la región de Tamaulipas, donde se encuentra el rancho:
Realidad: Mi familia —incluyendo a mi esposa y tres hijos pequeños— han estado viajando hacia y desde Tamaulipas desde hace cuatro generaciones, y nunca han encontrado, ni una sola vez, algún tipo de amenaza a nuestra seguridad personal.
Realidad: Desde enero, el personal de Rancho Caracol (y sus familias) han hecho no menos de 500 viajes a través de la frontera (a través de Matamoros, Los Indios y Progreso). Durante ese tiempo —con todos los viajes— nadie ha experimentado o presenciado un acto de violencia criminal de cualquier tipo.
Realidad: En más de diez años de funcionamiento, en Rancho Caracol hemos recibido, literalmente, miles de viajeros, de los cuales ni uno solo ha experimentado o presenciado un acto de violencia criminal de cualquier tipo.
Realidad: Si bien —como en cualquier país— no existe un riesgo inherente de encontrar la delincuencia violenta, las estadísticas confirman que los visitantes de Nueva York o Washington DC son mucho más propensos a ser víctimas de delitos violentos que en todo México. Sin embargo, los principales medios de comunicación, —más interesados en la generación de índices de audiencia televisiva que de proporcionar a sus espectadores información precisa— rara vez (o nunca) informan de este hecho importante.
Realidad: Los incidentes de delincuencia que se informan por los medios de comunicación se producen principalmente entre los carteles de la droga y la policía mexicana y/o los carteles de narcos que compiten sí mismos. Para ser claro: los turistas norteamericanos no son el objetivo de los carteles. Como "hombres de negocios," los carteles saben muy bien que cualquier amenaza a la seguridad de los turistas provocará toda la atención —y la ira— del gobierno de EE.UU. (y de los militares).
Realidad: De los más de 80 millones que visitaron México el año pasado, no ha habido reportes de turistas heridos, secuestrados o asesinados debido a la actividad de los carteles de la droga. De hecho, la causa número uno de muerte de los turistas que viajan al extranjero, incluyendo México, son los accidentes automovilísticos relacionados con el alcohol. El hecho es que los únicos americanos que deben estar preocupados por que cruzan a México son los que participan en el tráfico de drogas.
Realidad: Los incidentes de la delincuencia en México, según informan por los medios de comunicación, están teniendo lugar principalmente en ciudades fronterizas como Tijuana (frente a San Diego) y Juárez (frente a El Paso), donde el tráfico de drogas es un problema frecuente. La gran mayoría de estas zonas densamente pobladas, las zonas urbanas, son, literalmente, cientos de kilómetros de nuestra zona tranquila, rural. En pocas palabras, evitar Tamaulipas, debido a lo que está ocurriendo en lugares como Juárez es similar a evitar Aspen, Colorado, debido a algo que sucede en Nueva York.
Realidad: Alonzo Peña, agregado a los EE.UU. del Departamento de Seguridad Nacional en México ha aclarado informes de los medios que han presentado a México como un país "peligroso" para los turistas, indicando que los estadounidenses que planean visitar México no deben cancelar sus planes porque el cartel de la droga se limita en sus actividades a las áreas antes mencionadas.
Realidad: "México es un Estado fallido", es una afirmación que realizan los medios de comunicación y que es absoluta y evidentemente falsa. En 2008, la Institución Brookings produjo "los índices de la debilidad del Estado en el mundo en desarrollo". Se clasifican y evalúan 141 naciones en desarrollo en función de su rendimiento relativo en cuatro esferas fundamentales: 1) económicos, 2) políticos, 3) de seguridad y 4) el bienestar social. El índice se obtuvo con información de una serie de informes elaborados por organizaciones académicas y gubernamentales. Entonces, ¿en dónde quedó México? Con el número 1 está Somalia, el más riesgoso, y con el 141 la República Eslovaca, como la más estable. México está en el puesto 120, muy por delante de lugares tan populares de pesca y de caza como Brasil (99) y Argentina (115), por nombrar sólo algunos.
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[El artículo en inglés se puede leer en el blog del autor.]