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Sao Paulo (6 de junio).- Una huelga en el metro de Sao Paulo, Brasil, provocó un embotellamiento récord de 209 kilómetros y dejó a cientos de miles de personas sin transporte. Los hechos ocurren a una semana del Mundial.
El paro de los trabajadores del metro pone bajo presión a las autoridades a una semana de la ceremonia inaugural y el primer partido de la Copa del Mundo (Brasil-Croacia), el 12 de junio en el estado Arena Corinthians de Sao Paulo.
El metro es la principal vía de acceso al estadio mundialista en esta metrópolis de 20 millones de habitantes y transporta cada día en promedio a unos 4.5 millones de paulistas.
El sindicato de los 10 mil empleados del metro de Sao Paulo reclama un aumento de 16.5% a su salario y señala que la oferta de reajuste anual de 7.8% propuesta por el Gobierno estatal es insuficiente.
“No es posible aceptar un aumento de menos de dos dígitos”, declaró antes de la huelga el presidente del sindicato, Melo Prazeres Junior.
La huelga afectó a tres de las cinco líneas del metro. En Itaquera, la estación de metro del estadio Arena Corinthians, varios pasajeros rompieron las rejas de entrada al amanecer. La gente se amontonaba para entrar al contiguo sistema de trenes, pero éste tampoco estaba operando en ese lugar.
Algunas personas pasaron incluso a las vías, hasta que finalmente los empleados decidieron abrir la estación para calmar la situación.
“El problema va a ser volver en la noche. No vale ni la pena ir, el tren está llenísimo. La gente ya estaba peleándose por entrar al tren”, dijo Edith Carvalho, de 40 años, que vive en Itaquera y trabaja en la zona central de Sao Paulo.
Para facilitar los desplazamientos durante la huelga, la alcaldía autorizó la circulación de todos los vehículos, en vez de alternar por matrículas pares o impares como es habitual.
En la estación Tucuruvi, la fila para tomar un autobús daba la vuelta a una manzana y tenía más de 300 personas, según el sitio G1.
Hace menos de dos semanas, una huelga de choferes de autobús en Sao Paulo provocó embotellamientos y dejó a más de un millón de personas sin transporte. Y hace un año, esta ciudad fue el punto de partida de la revuelta social histórica que sacudió al país en la Copa Confederaciones.
A pesar de la huelga en el metro de Sao Paulo, la FIFA se manifestó confiada en el Mundial de Brasil. “Nosotros en la FIFA tenemos confianza, el momento será festejado”, señaló el presidente de la Federación, Joseph Blatter.
Policías de todo el mundo colaborarán con la seguridad durante el Mundial. El próximo lunes inaugurarán un centro de Cooperación Internacional en la capital brasileña, para acoger a los policías de los 31 países (más Brasil) participantes de la Copa. Ese centro de operaciones será el único que albergará fuerzas extranjeras.
“La idea es unir todas las policías de los 31 países participantes de la Copa”, además de efectivos de la ONU y de las policías internacionales Interpol y Ameripol, informó la Policía federal en un comunicado.
A través de la cooperación internacional, la Policía federal brasileña ya cuenta con un banco de datos de fanáticos violentos, personas acusadas de explotación sexual de menores y delincuentes de todo el planeta. El objetivo será identificar a estas personas en la frontera, para impedirles eventualmente ingresar al país.
Brasil puede prohibir el ingreso al país de fanáticos con antecedentes criminales ligados al futbol y desplegará un fuerte contingente de seguridad para evitar peleas en sus estadios y alrededores.
Unos 157 mil policías y militares garantizarán la seguridad en el Mundial que se inaugura el próximo jueves con el partido Brasil-Croacia en Sao Paulo, y cuya final se disputará el 13 de julio en Río de Janeiro.- (El Informador)