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Los regidores, electos por los ciudadanos mediante el voto, tienen la tarea de trabajar por el bien del municipio, pero ¿cuál es realmente su función? ¿Actúan conforme al bien común de los ciudadanos? ¿Cómo es realmente su trabajo? ¿Cumplen con un horario? ¿Otorgan el respeto que merece su cargo?
Electos por votación popular los regidores del Ayuntamiento de Mérida y de los municipios en general deben velar por el bien de la ciudadanía, proponer soluciones a los problemas que surjan dentro del municipio y cumplir con sus distintas comisiones.
Además, deben desempeñar correctamente su cargo en las comisiones de las que forman parte, informar puntualmente de sus resultados, asistir a las sesiones de Cabildo y estar permanentemente listos para auxiliar al ciudadano que lo necesite... Al menos en teoría.
Por tales tareas, reciben un sueldo neto de $46,212 más $3,000 en vales de despensa provenientes del dinero ciudadano, además del beneficio de gozar de un horario libre.
A fin de conocer el trabajo de los regidores de la Comuna meridana y basándose en lo expresado en el Reglamento Interior del Ayuntamiento de Mérida, Artículo 7 investigó sobre la atención al público que proporcionan algunos de los regidores, representantes de los ciudadanos en el Cabildo de Mérida.
No es necesario ser reportero, cualquiera que por curiosidad se tome la molestia de averiguar dónde están o qué hacen los regidores del Ayuntamiento de Mérida se encontrará que a las diez de la mañana, por ejemplo, muchos de ellos no se han apersonado a las oficinas que tienen en los bajos del Palacio Municipal. Y lo mismo puede suceder si uno pregunta por ellos al mediodía, ya que sus asistentes explican que no están en sus oficinas porque están ocupados con otros asuntos aunque no pueden precisar de qué asuntos se trata.
Qué ¿acaso el regidor no debe estar permanentemente listo para atender al ciudadano, al que supuestamente representa? ¿Es válida la excusa que dan los asistentes para la ausencia de los regidores de que éstos no tienen un horario fijo y que por eso "arman su agenda" como ellos quieran? ¿Por los más de $46 mil pesos que obtienen por su "labor" no deberían estar disponibles para el ciudadano, que ajeno a la agenda del regidor, pueda requerir de su ayuda o asesoría en cualquier momento del día?
Muchas otras preguntas surgen, como por ejemplo, ¿dónde estan los regidores? ¿Qué hacen en el tiempo que deben dedicar a la atención del público? Esto genera la duda de si quizá haya otro negocio particular que tengan que atender en sus horas de trabajo y contribuir así, económicamente a la "insuficiente" cantidad mensual que reciben. Lo que no sería extraño porque en sus acostumbrados informes mensuales de actividades los regidores suelen dar a conocer como sus "labores", lo que realizan direcciones afines a su comisión, aunque ellos no hayan participado en dichas actividades.
Además, en las sesiones de Cabildo —llevadas a cabo mensualmente— los miembros deben discutir y solucionar los asuntos del gobierno municipal, ya sea en sesiones ordinarias o extraordianarias realizadas. Allí el respeto al recinto conciliatorio debe imperar, especialmente evitando hacer mal uso de éste e introduciendo alimentos, por ejemplo.
En realidad, el Cabildo es una arena política que los regidores de diversos partidos convierten en un circo mediático al insultarse, abandonar la sala e incluso traer gente acarreada para insultar al alcalde o a los regidores panistas, como es el caso del regidor Carlos Sarabia Barrera, de Todos Somos Yucatán, quien aprovecha cualquier oportunidad en las sesiones para externar opiniones personales en lugar de discutir la resolución de conflictos.
Vale la pena recalcar que existe un Reglamento del Gobierno Interior del Ayuntamiento de Mérida, publicado en noviembre de 2006, el cual establece en su artículo 29 que: "El Secretario Municipal exhortará a los regidores a que sus intervenciones sean concisas y concretas procurando optimizar el tiempo de las mismas, del mismo modo, en el artículo 30 se menciona que: "En el curso de las deliberaciones, los integrantes del Cabildo se abstendrán de realizar ofensas o alusiones personales a otros integrantes del Cabildo o a terceros". Esto al parecer no ha quedado claro a todos los regidores, porque no se cumple.
Como ejemplo, cabe mencionar la sesión ordinaria publicada el 2 de junio por A7 en su página de internet con el título "Circo partidista en sesión de Cabildo", donde se muestra la total falta de respeto que pueden demostrar estos funcionarios municipales, no sólo contra sus compañeros regidores sino contra el recinto en sí y en la que el regidor Carlos Sarabia de la coalición "Todos somos Yucatán", utilizó comentarios fuera de lugar y meramente personales para ofender al presidente municipal, César Bojórquez.
Al respecto, el reglamento también dice en el artículo 30 que: "si el orador se aparta de la cuestión en debate o hace referencia a alusiones personales, el Secretario Municipal procederá a apercibirlo. Si un orador recibiera dos apercibimientos, a la tercera el Secretario Municipal podrá retirarle el uso de la palabra con relación al punto de que se trate". Esto nunca ocurrió en esa sesión, ni aún en el momento en que el Secretario le pidió en forma atenta al regidor Satabia que por favor tomara asiento. Él replicó que no, diciendo que no era una obligación el estar sentado, que sólo era una costumbre. ¿Es también una costumbre desobedecer al Secretario encargado de imponer el orden de la sala?
La falta de respeto al Cabildo se vio coronada por la continua salida de los regidores e incluso del alcalde, aún cuando el mismo reglamento interno menciona en su artículo 35 que: "Los Regidores que abandonaran la sesión sin causa justificada, serán privados de su remuneración en los términos de la Ley de Gobierno de los Municipios del Estado de Yucatán".
A esta falta de respeto se suma el que los regidores han convertido el Cabildo en su propio restaurante. Algunos de ellos, en administraciones municipales pasadas, solían comer palomitas de microondas en plena sesión. Actualmente, la regidora del PRI, Flor Díaz Castillo y el del Verde Ecologista, David Ramírez y Sánchez, prefieren degustar con singular alegría sus cafés helados. Al menos, ése fue el antojo en la sesión de Cabildo observada.
Esta sesión es sólo un ejemplo. Muchas más se han celebrado y también han tenido como común denominador el desorden. Entonces, ¿quién revisa que este reglamento se cumpla? ¿Son válidos entonces los reclamos personales? ¿No se castiga a quien ofende las sesiones y sobre todo al que no sirve verdaderamente al ciudadano? MEAP{xtypo_rounded2}
Las comisiones tienen por objeto distribuir entre los regidores la vigilancia del buen funcionamiento de la administración municipal. Las comisiones generalmente son las siguientes:
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