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"Así no", continúa insistiendo Dulce Sauri Riancho. Pero ahora nos dice en su discurso que debemos diferenciar lo que ella pide con lo que piden los medios masivos de comunicación —Televisa, especialmente, con todos sus locutores importantes afiliados.
Esos medios también nos piden que anulemos nuestros votos porque no están contentos con lo que la nueva ley electoral les permite captar de anuncios. Les cortaron el gran negocio.
Dulce Sauri nos pide no confundir una cosa con otra...
Yo, en mi calidad de ciudadano, me uno también a pedir algo: pensar si es correcto que el premio para quien logra recursos económicos que pueden pagar la posibilidad de mensajes, automáticamente lo tengan prohibido.
Dulce habla de la popularización de la Internet por medio del uso de la red de la CFE que le llega a 98% de los mexicanos. Ya está propuesto ese uso. El problema es que el uso de Internet requiere algo más que la sola red: el usuario requiere un equipo que por hoy, no puede conseguirse a menos de 3 o 4 mil pesos por hogar. ¿Cuántos hogares de ese 98% pueden erogar esa cantidad?
El que se cuente con la red es ya, por sí mismo, un gran beneficio.
Sin embargo, el mensaje masivo, ese que todos ven sin previo aviso, continuará siendo privilegio de... ¿quién? ¿Del IFE? Es decir que nuestra libertad de expresión está limitada a que lo que queramos decir: 1) no sea político, o bien 2) si es político, que sólo unos cuantos lo puedan oír al mismo tiempo.
Los que estamos haciendo este semanario sabemos hoy lo difícil que es imprimir: se requiere un equipo enormemente costoso además de que todo lo involucrado en el proceso es engorroso, contaminante y más costoso aún: papel, empaque, transporte, distribución, basura, recolección.
El periódico impreso debe tener sus meses contados en la historia de la civilización humana. Existe ya el "Kindle". Se les invita a ver el video que está en esa página o bien ver este otro, aquí mismo:
Ése es, en nuestra visión, el verdadero futuro de la comunicación. Y las decisiones son efecto de la acción colectiva el día de hoy. En tanto más personas se interesen en hacer el cambio, más pronto se hará.
Nuestra leyes de comunicación en México están quedando "tramposas". O porque unos quieren tener el control absoluto, o porque otros no desean que todos puedan decir lo que podría no favorecerlos. En México, las agrupaciones que tienen grandes cantidades de dinero que podrían en un momento dado usar para comunicar algo masivamente son principalmente el gobierno o todos los industriales y empresarios agremiados, o los sindicatos, o las iglesias. ¿Por qué vedarles a estas agrupaciones el derecho a decir lo que pueden —tienen capacidad— de decir? ¿Porque puede ser que esté muy "a favor" de la ideología política de un partido y no del "otro"?
Son leyes con objetivos con "nombre y apellido". Al PRD —concretamente, a Sr. López— no le gustó que ninguna agrupación digera públicamente algo para contrarrestar la comunicación del valor de billete de $20 que el niño reconoció con que "nada de que le quiten el valor a lo que me gané con mi trabajo". ¡Eso enfureció al Sr. López! Y ahí van, como borregos, todos, a hacerle caso. ¿Por qué no hicieron los sindicatos algo semejante? ¿Algo para hablar de las bondades de un gobierno que ... no importa que reduzca el valor del billete?
Estoy preparando un video que colocaré en cuanto esté listo.
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