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Leer los medios de comunicación en estas épocas electorales es un ejercicio que provoca una serie de sentimientos encontrados, ya que uno escucha, o lee, el mismo discurso de los candidatos. Prometen un sinfín de cosas, la gran mayoría fuera de sus posibilidades, ya que su ámbito es legislar no gobernar, y se asumen como la solución a problemas complejos que competen a otros órganos de gobierno como los ejecutivos estatales y municipales.
Sin embargo, con las campañas llegan promesas, modas y estilos, situaciones de las cuales no podemos apartarnos. Basta con transitar por Mérida para ser abrumado por el despilfarro, que alcanza matices de escándalo como lo que hace la ola roja del PRI en Yucatán. Habría que ser muy ingenuo para creer que los candidatos del tricolor respetaron los topes de campaña. ¡Qué lamentable es que no exista dentro de la ley electoral una figura que actúe y sancione —con severidad— estas conductas!
La gente se desgasta al denunciar este tipo hechos pues, si bien les va, darán trámite a su denuncia al final del proceso electoral… ¡Entonces ya para qué…! De esas lagunas legales se valen los grupos del PRI para hacer y deshacer a su antojo. Total la ley se hizo para hacerla a un lado.
Mención aparte merece todo lo relacionado con la mercadotecnia política que hoy en día da como resultado la creación de candidatos "ideales". La tendencia no son las ideas, ni los proyectos, lo que gana las elecciones son que tan agradable es el candidato al ojo del votante. El mejor de los ejemplos lo representa la candidata al Tercer Distrito por Mérida. Dama sin trayectoria política que dejara constancia de que es una buena opción y cuya elección parece más bien obedecer a la simpatía que le profesa la propia gobernadora, quien ha aprovechado más de un evento para mostrarle su apoyo… hasta el grado de que acepte que en defensa de la candidata "le ganó el género…"
Pareciera ser que a los ciudadanos nos ciega el glamour con el que se presentan los candidatos —la mayoría retocados con tecnología que hace lucir atractivos a quienes normalmente carecen de ese atributo físico— y que ellos, por ganar adeptos, se valen de todo….
Se vale ignorar que este país se está desangrando en las redes del crimen organizado, pues vale más la foto que un proyecto serio que ataque esos problemas… Se vale ignorar que nuestra economía no es competitiva y sigue dependiendo exageradamente de la producción petrolera, y por ello ningún candidato habló de propuestas serias para crear reformas que ayuden a este país a ser competitivo.
Y así se valen un sinfín de cosas antes que atender los problemas nodales que impiden, de una vez por todas, sentar las bases de un desarrollo, que siempre está presente en los discursos, pero ausente en las estructuras que integran la realidad de este país.
En esta campaña electoral surgió la corriente del voto blanco, que sin mayor preámbulo es el rechazo o decepción de un sector de la sociedad que ya está harto de la actual clase política que gobierna al país y que incluye a todos los partidos políticos. Sin embargo, México no necesita votos blancos, necesita una sociedad participativa, que deje de culpar a la clase política de todos sus males y que empiece a generar un verdadero cambio. Fórmulas o métodos para exigir cuentas a quien va ocupar una curul en cualquier congreso, ya sea estatal o federal. La sociedad mexicana ha dejado o depositado en los partidos políticos la gran responsabilidad de construir este país y tal parece que no están a la altura del reto….Y a la par, la sociedad olvida que en su propia colectividad reside un poder que pudiera ser un factor de cambio.
Yo no creo en votos blancos… creo en los individuos que a través del bien común velan por sus sociedades. Para mi un voto blanco es dejar en blanco a la misma sociedad. El ejercicio de votar refrenda la democracia que tanto ha costado en México; por eso ejercer el voto es un derecho que no se debe olvidar ni ignorar, por el contrario se debe ejercer con responsabilidad, otorgándole el apoyo a quien realmente represente la mejor opción de progreso. Este domingo se vale reflexionar a quien se debe dar el apoyo.