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CIUDAD DE MEXICO, 20 de abril.- Dos homenajes en un mismo espacio, El Colegio Nacional: la necesaria evocación de Octavio Paz a 15 años de su partida y la entrega del Premio de Poesía y Ensayo que lleva su nombre al filósofo español Fernando Savater; al mismo tiempo, la celebración de una amistad de más de 30 años que parece consolidarse con el tiempo.
Anoche, en una ceremonia encabezada por Emilio Chuayffet, secretario de Educación Pública; la viuda del Premio Nobel de Literatura 1990, Marie José Paz, y el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar y de Teresa, el autor de Ética para Amador —quizá su obra más emblemática— señaló que, más allá del reconocimiento, el verdadero premio lo recibió a partir de la amistad que compartió con Octavio Paz, “un ‘galardón’ que durante décadas recibí con una generosidad, con una continuidad y con un estímulo permanente.”
Antes de entregar el premio a Savater, Chauyffet destacó el compromiso del filósofo con la educación, un hombre que escribe con coraje, porque “para educar se necesita coraje, un coraje positivo que anima y da esperanza”.
“Probablemente, en momentos de desánimo o de hastío, una palabra de Paz, una carta, una broma, me sirvieron de acicate y de tónico para continuar; por lo tanto, ese fue el verdadero premio. El que ahora recibo, por lo tanto, es reflejo de ese otro premio que fue su amistad”.
Visitante continuo de México desde hace más de tres décadas, Fernando Savater también dedicó el reconocimiento a la cercanía que ha tenido con el país: con escritores, maestros y gente de la calle.
“Que una personalidad tan extraordinaria, potente, polifacética como la de Octavio Paz tuviera tanto afecto y tolerancia conmigo durante tanto tiempo, con mi ignorancia, mis arrebatos o mi humor, quizá se haya debido a que una de las cosas que nos unió es que Octavio tenía por España el mismo entusiasmo que yo tenía por México”, expresó el filósofo.
Cuando en noviembre del año pasado se dio a conocer el nombre de Fernando Savater como el ganador del Premio Internacional de Poesía y Ensayo Octavio Paz, se le definió como algo más que uno de los filósofos más característicos de su tiempo.
“Savater ha hecho de la filosofía una meditación cotidiana, incisiva, amable, puesta al servicio de los lectores a través del artículo periodístico y del ensayo breve, géneros en los cuales es un maestro: es una conciencia moral imprescindible, una referencia esencial en el combate contra el nacionalismo en todas sus variantes, los fanatismos de la identidad y el clericalismo”, se enfatizó en aquel momento.
De alguna manera esas palabras se enfatizaron en el acto de entrega del galardón —que le fue otorgado por un jurado integrado por Christopher Domínguez Michael, la poeta uruguaya Ida Vitale, Hugo Hiriart y Aurelio Asiain—, donde el presidente del mismo, Enrique Krauze, definió al reconocimiento como el recuerdo de la amistad entre un filósofo y un poeta.
“Hay tres motivos para el premio: el amor a la palabra, la defensa de la libertad y la búsqueda ética de la felicidad. Agrego uno más: Fernando Savater es uno de los máximos escritores de la lengua. Con el galardón celebramos los libros que ha escrito y los libros que vendrán. Alguien más celebra con nosotros, alguien que lo leyó y lo quiso, que murió un día como hoy y que no ha muerto: Octavio Paz”, dijo el historiador.
Antes de entregar el premio a Savater, Chauyffet destacó el compromiso del filósofo con la educación, un hombre que escribe con coraje, porque “para educar se necesita coraje, un coraje positivo que anima y da esperanza”.
“Cualquier cobardía es inaceptable cuando se trata de buscar la mejora de nuestros semejantes a través de la enseñanza: el pensamiento de Savater toma relevancia ante el reto monumental que México tiene en materia educativa. Estamos conscientes, desde el inicio del nuevo gobierno, de las dificultades e inercias, pero, al igual que Savater, no somos amigos de convertir la reflexión en lamento: si se nos han heredado problemas, tenemos que heredar soluciones”, señaló el funcionario.
En las nueve ediciones anteriores, el galardón ha sido otorgado a autores como el chileno Gonzalo Rojas, el español nacionalizado mexicano Tomás Segovia, el español Juan Goytisolo y el mexicano José Emilio Pacheco, entre otros.
La idea central era reconocer las aportaciones de Fernando Savater a la escritura y a la filosofía, pero al final —o desde el principio— estuvo presente la figura de Octavio Paz a 15 años de su partida, y de quien se conmemorará en 2014 el centenario de su nacimiento. Quizá haya sido el comienzo de las celebraciones por un creador que nunca dejó de ser maestro: “Nos mostró el camino para conocernos y reconocernos como mexicanos”, en palabras del titular de la SEP, Emilio Chuayffet.
Antes, Marie José Paz había recordado el compromiso moral, el pensamiento crítico y la intensa búsqueda de la verdad que definieron al autor de El laberinto de la soledad, pero sobre todo su agradecimiento para continuar con un galardón que no hace sino volver a la memoria del poeta: estar más presente que nunca en los 15 años de su ausencia.
“Hagamos que esta noche de 15 años sin Octavio Paz sea el umbral de muchos años más con Octavio Paz”, dijo Marie José. (Milenio)