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BUENOS AIRES, 20 de abril.- José Luis Rodríguez, médico, psicoterapeuta, especialista en sexología clínica, docente en la Facultad de Medicina de la UNCuyo y en la Facultad de Medicina de la UDA, despejó hoy sábado en el Diario UNO la preocupación de Marcelo:
Marcelo.- Mi esposa llega al orgasmo sólo con sexo oral y luego en la penetración no siento que disfrute como normalmente lo he sentido con otras mujeres que llegan junto al hombre al orgasmo. ¿Qué puedo hacer para llevarla al orgasmo sin tener que practicarle el sexo oral?
Responde el Dr. Rodríguez
Estimado Marcelo:
¿Cuál es el problema? Su esposa llega al orgasmo de la mejor manera para ella y muy probablemente lo disfrute igual o mejor que otras mujeres que llegarán al orgasmo de la forma que mejor les salga.
Me parece que en su consulta hay otros dos problemas, el primero es que usted no se siente cómodo al practicar el sexo oral para que ella llegue al orgasmo. No sé si porque le disgusta o porque, como muchos varones piensan, cree que el orgasmo solamente es válido si es provocado por el pene dentro de la vagina.
En los preliminares, ella se va excitando progresivamente, cuanto más la someta él a interrupcione, cada sensación nueva será mucho más intensa; la vulva se humedece con la lengua revoltosa que entra y sale y golpea suavemente el clítoris
Cuando la mujer necesita (siendo absolutamente normal) otro tipo de estímulo estos varones se sienten disminuidos o poco hombres. Totalmente erróneo, usted hace que su pareja llegue al orgasmo y disfrute, así que usted es tan capaz como cualquiera. Incluso probablemente es más capaz que muchos varones que no consiguen estimular adecuadamente a sus compañeras.
Ella, concentrada, siente el clítoris erecto gracias a los lametones expertos y agracece que él haga realidad su deseo inconfesado.
El segundo problema: “como normalmente lo he sentido con otras mujeres que llegan junto al hombre al orgasmo”, dice en su frase. Lo de la normalidad... la estimulación clitoriana es la más importante para que una mujer llegue al orgasmo, por lo tanto su situación es absolutamente normal. Pero la frase termina con algo que está muy arraigado y que es el mito, el concepto erróneo, de que el orgasmo simultáneo es frecuente, o tiene alguna característica que mejora la relación sexual, o que es “como debe ser”.
Él rodea el clítoris con los dedos y lo extrae de la vulva, con eso logra que ella ruegue que la chupe hasta culminar en un orgasmo frenético.
Insisto en la frase el mito del orgasmo simultáneo, ya que es una creencia muy arraigada. Creencia que carece de todo asidero fisiológico. Para ser más claro, como ya explicamos en otras oportunidades, todo lo que nos ocurre cuando tenemos relaciones sexuales es una función refleja. Hay un estímulo y a este le corresponde una respuesta. Siempre ocurre así, piénselo un poco, ningún varón puede tener erecciones voluntarias, necesita del estímulo (sea este visual, táctil o el que prefiera). Pero siempre necesita de un estímulo y siempre lo que ocurra será respuesta a ese estímulo. Con el orgasmo, tanto masculino como femenino, pasa lo mismo: estímulo y respuesta.
Después de venirse, ella se monta. Eso sí, no conviene buscar el orgasmo simultáneo, que se ha convertido en la meta de muchas parejas y muchas veces consigue hacer que se olviden de disfrutar del camino.
Imagine ahora lo difícil que será no solamente hacer coincidir el tiempo de estímulo necesario para dos personas, sino coordinar la respuesta para que se produzca al mismo tiempo. Esta explicación ha pretendido, en la medida de su complejidad, ayudarlo a entender que el orgasmo simultáneo es muy difícil, que lograr que dos respuestas reflejas (involuntarias) coincidan en dos personas distintas exactamente y al mismo tiempo ocurre más por casualidad que por esfuerzo o aprendizaje. Algunas parejas que se conocen muy bien, que conocen sus propios tiempos, podrán lograrlo de tanto en tanto.
Pero, algo importante, el orgasmo logrado no difiere en cuanto a sensaciones, intensidad o placer. Y, también importante, muchas personas, por tratar de hacer voluntario lo que no puede serlo, terminan inhibiendo por completo toda posibilidad de respuesta.
Finalmente entonces, quédese tranquilo y sigan disfrutando lo que hay (que es mucho) y deje de preocuparse por lo que puede haber. Gracias por su paciencia y su confianza.