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LONDRES, Inglaterra, 9 de junio.- El matemático británico Alan Turing, considerado el padre de la informática moderna, creó la evaluación que lleva su nombre y que tiene como objetivo determinar si una computadora es o no inteligente. La Universidad de Reading, en Inglaterra, organiza la prueba desde 1950.
El test busca responder a la pregunta de base "¿Pueden pensar las máquinas?" y consiste en que un observador externo, parte del jurado, mantenga dos conversaciones a través de un chat, una con una persona y otra con una máquina, durante series de cinco minutos.
Si ese observador interpreta que más del 30% de las respuestas que le da la máquina son de un humano, entonces la computadora supera la prueba y es considerada inteligente.
En esta oportunidad, Eugene Goostman, una computadora programada para parecer un chico de trece años, se ha convertido en la primera máquina en superar el test de Turing, según informó la Universidad de Reading. Eugene debió competir contra otros cuatro programas inteligentes.
"Es un logro destacado para nosotros y esperamos que fomente el interés en la inteligencia artificial y los chatbots (programas capaces de mantener una conversación)", afirmó el ruso Vladimir Veselov, residente en los Estados Unidos y uno de los creadores de Eugene Goostman junto al ucraniano Eugene Demchenko.
Durante la prueba de este año, celebrada este sábado en la Royal Society de Londres, la máquina engañó al observador en un 33% de las respuestas. Las conversaciones entre Eugene y el panel evaluador no estaban restringidas.
En este sentido, el profesor Kevin Warwick, de la Universidad de Reading, destacó: "Un verdadero test de Turing no dispone las preguntas o temas antes de las conversaciones".
"Estamos orgullosos de declarar que el test de Alan Turing ha sido superado por primera vez", resaltó el profesor Warwick, al tiempo que agregó que tener una máquina con esa inteligencia "tiene implicaciones para la sociedad" y podría servir como "una llamada de atención para el ciber-crimen".
El test coincidió con el 60 aniversario de la muerte de Turing, reconocido porque ayudó a descifrar el código Enigma alemán durante la II Guerra Mundial y que murió envenenado con cianuro en 1954, dos años después de ser condenado por su homosexualidad. Mientras que la autopsia determinó que se trató de un suicidio, para algunos su muerte fue accidental.
Recién en diciembre pasado, tras una petición popular, la reina Isabel II concedió un indulto póstumo a Turing, quien además de ser condenado a 61 años por prácticas homosexuales fue castrado químicamente. (Agencias)