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México (25 de julio).- Con casi cinco años detenido en un penal de México, Mario Patrón, subdirector del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, señaló que el inmigrante de origen hondureño Ángel Almicar Colón ha sido víctima de racismo por parte de elementos del Ejército Mexicano, además de que su condición de piel fue clave para vincularlo con el crimen organizado al apodarlo “El Negro”.
“Decidimos tomar el caso porque condensa un conjunto de violaciones graves que a nuestro juicio son representativas de lo que hoy viven víctimas invisibilizadas, los sin derechos, que son las personas migrantes que están en tránsito en nuestro país.
“Ángel es un afro descendiente garifu, un hondureño, que como consecuencia de la enfermedad crónica de cáncer de su hijo mayor tiene que migrar a Estados Unidos”.
En entrevista con Ricardo Rocha, Mario Patrón detalló que previamente Ángel era un defensor de los derechos humanos, fue presidente de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh) que reivindicaba los derechos económicos y sociales de la etnia garífuna.
Tiene que dejar su trabajo, ser migrante; contrata como muchos en su país de origen con un coyote a partir del pago de cinco mil dólares para llegar hasta Estados Unidos. En Balancán, Tabasco, son abandonados por el coyote y tiene que trasladarse junto con otros 120 inmigrantes en un frigorífico para llegar a la Ciudad de México.
A partir de enero de 2009 empieza a vivir un calvario para llegar a Tijuana; llegando a la ciudad del norte del país logra que un supuesto coyote apodado ‘El Ruso’ lo pasara a Estados Unidos; en ese momento que hace el acuerdo, Ángel es víctima de cautiverio por parte del crimen organizado.
Lo llevan a una casa de seguridad, está privado de su libertad; “está cautivo bajo la idea de que en días posteriores lo pasarían a Estados Unidos”.
Cuatro días después de que está en cautiverio por parte del crimen organizado llega un operativo de Policía Federal y estatal, y en vez de rescatarlo como víctima, lo detiene y a partir de ahí empieza toda una secuencia de violaciones graves de derechos humanos ya por parte de autoridades.
“Lo incomunican 14 horas y lo llevan a instalaciones militares de manera irregular; en esas instalaciones está 77 días sometido a arraigo.
“Desde luego que tiene que ver que es migrante, pero también que es afrodescendiente; su condición de color de piel negra es un elemento fundamental para que lo vinculen apodándolo El Negro, parte de la tortura que el recibe en el batallón militar tiene que ver con su condición de piel, lo convierten en un payaso”.
De acuerdo con Mario Patrón, al inmigrante hondureño lo hacen que actúe para los militares, “hace que con su boca, con su saliva limpie las botas de los militares. Estamos frente a un contexto de racismo extremo”.
Y hoy Ángel Almicar está después de cinco años en un penal federal de alta seguridad en donde no tiene acceso a pluma, lápiz, sobres, estampillas postales para estar en contacto con su familia; además de negársele llamadas debido a ser estas internacionales.
“El Centro Pro anuncia que asume su defensa integral y a su vez Amnistía Internacional lo declara preso de conciencia.
“Estamos en la etapa final del juicio, se acaba de cerrar la parte probatoria; la última parte desahogada fue el peritaje sobre el Protocolo de Estambul. Estaríamos en una etapa crucial porque la PGR tendría hoy toda la oportunidad para dar fin a esta cadena de injusticias con conclusiones de no acusación”.- (Agencias)