1034 palabras
México (30 de agosto).- El Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) fue creado como una solución al rezago educativo en el nivel básico, y para las personas que no saben leer ni escribir logren incrementar sus capacidades y elevar su calidad de vida.
Durante 33 años ha contribuido para que quienes tienen 15 años y más, y desean tener mejores oportunidades en la vida, puedan iniciar o concluir su educación primaria y secundaria, sin importar de qué estado son originarios.
Creado por decreto presidencial el 31 de agosto de 1981, el INEA es un organismo descentralizado de la Administración Pública Federal y tiene personalidad jurídica y patrimonio propio, refiere el organismo en su página de Internet.
Como parte de sus atribuciones, investiga sobre modelos educativos, “elabora y distribuye materiales didácticos, aplica sistemas para la evaluación del aprendizaje de los adultos, así como acredita y certifica la educación básica para adultos y jóvenes de 15 años y más”.
Su programa educativo, conocido como Mevyt, que se empezó a desarrollar en 1996, se basa en la experiencia y conocimientos que tienen las personas “y enfatiza el aprendizaje sobre la enseñanza al reconocer que han desarrollado la capacidad de aprender”.
El Modelo Educación para la Vida y el Trabajo (Mevyt) es la alternativa para las personas que tienen el perfil establecido por el INEA, cuyo objetivo es que el usuario mejore su desempeño laboral, familiar, social y personal.
Este programa tiene diversas características, ya que es flexible y permite que los educandos aprendan de acuerdo con los intereses y necesidades que tienen, de acuerdo con programas desarrollados para tal fin, a través de los módulos, que es el material didáctico sobre el que se apoya el usuario.
Sobre el proceso de incorporación, el interesado puede presentar sus antecedentes en el sistema escolarizado, o bien tienen la oportunidad de efectuar un examen diagnóstico, con el que podrá acreditar módulos e incluso, podría obtener su certificado de primaria o secundaria.
Por sus características, el organismo educativo se puede concebir como una institución flexible, ya que los jóvenes y adultos mayores, quienes tienen un trabajo u oficio, reciben asesorías en un horario determinado.
Dichos apoyos se imparten en las Plazas Comunitarias o Puntos de Encuentros, que son espacios adecuados y acondicionados para que los educandos tengan un mejor desempeño, en los que además se ofrecen diversos servicios, como inscripciones y aplicaciones de exámenes.
Los asesores o figuras operativas, son parte esencial del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos, pues son quienes resuelven las dudas de los educandos.
Ellos participan de forma voluntaria, y por sus servicios perciben, en ciertos casos, una gratificación en reconocimiento a su labor. Muchas de las personas que participan son jóvenes que realizan su servicio social en el INEA.
Otras figuras que ayudan para que el organismo dependiente de la Secretaría de Educación Pública (SEP) funcione, son los organizadores regionales o promotores, cuya tarea primordial es coordinar a los asesores, señala la publicación “A 30 años de su creación, semblanza de la labor del INEA”.
De acuerdo con el INEA, en México suman 31.9 millones de personas mayores de 15 años en rezago educativo, lo que representa 40.7 por ciento de la población en ese rango de edad,
De ese total, existen 5.4 millones de personas que no saben leer ni escribir, 10.1 millones no cuentan con primaria y 16.4 millones no tienen secundaria concluida.
Pero la situación del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos no siempre fue como hoy se conoce. Su existencia se debe a la visión de personas que decidieron revertir la condición del país para minimizar el rezago educativo y el analfabetismo.
En ese sentido, hombres como el entonces titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Fernando Solana; el presidente de la República, José López Portillo, y el primer director del instituto, Miguel Alonzo Calles, fueron fundamentales en la creación de dicho organismo, explica la obra coordinada por Juan de Dios Castro Muñoz.
A pocos años de su institución comenzó a funcionar como se estableció en sus preceptos. Incluso se extendió en todo el país, con la fundación de las delegaciones estatales.
De esa forma “entre 1981 y 1982 el INEA creó las denominadas delegaciones estatales en 30 entidades de México, una coordinación de operaciones en el Distrito Federal, además de instituirse formalmente un Instituto Estatal en Quintana Roo”, subraya el escrito.
Aunque el verdadero reto al que se enfrentó el organismo fue el establecimiento de una organización que proyectara los programas educativos de la SEP e integrarlos a la educación de adultos.
Así, se formaron los programas de alfabetización, educación básica, promoción cultural y capacitación para el trabajo, mismos que en la actualidad son parte del Mevyt y otros materiales que refuerzan el aprendizaje de los usuarios.
También, el uso de las tecnologías es un instrumento que el INEA ha implementado. A través de los servicios en línea, los educandos pueden realizar diversos trámites, conocer sus avances y estudiar el nivel básico, con tan sólo tener una computadora.
Con esas acciones, el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos es el referente para atender a los jóvenes de 15 años y más, así como a los adultos mayores. Su trascendencia y forma de operar ha sido importante para que México avance en materia de educación.- (Notimex)