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MEXICO, D.F., 7 de noviembre.- Los normalistas de Ayotzinapa se negaron a reconocer la versión dada por la Procuraduría General de la República (PGR), en el sentido de que sus 43 compañeros desaparecidos probablemente hayan sido asesinados y quemados, y reiteraron que mientras el Equipo Argentino de Antropología Forense no confirme dichos resultados, no van a darlos por buenos.
Estudiantes de la Escuela Normal "Isidro Burgos" en el Auditorio "Ho Chi Min" de la Facultad de Economía de la UNAM.
Reunidos en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ocho estudiantes de la Normal Raúl Isidro Burgos escucharon en vivo la conferencia de prensa que dio el Procurador Jesús Murillo Karam, acompañados por cientos de estudiantes que llenaron el auditorio Ho Chi Minh.
Con el rostro desencajado, ocultando la cara entre las manos o llorando en silencio, los jóvenes escucharon la explicación del funcionario sobre cómo los normalistas habrían sido secuestrados, asesinados y quemados. El estupor, la rabia y la tristeza se sintieron con mucha fuerza en el lugar.
El primer normalista en tomar la palabra fue Omar García, quien subrayó que la información dada por Murillo la hubieran podido revelar “incluso hace unos diez días”, pero “la han venido prolongando” como si fuera un teatro.
“La noticia nos impacta, (pero) no sabemos si creerla o no. Hasta que no haya una prueba contundente de que los restos encontrados (son de nuestros compañeros), no vamos a resignarnos a aceptar tales hechos”, advirtió entre aplausos y gritos de solidaridad.
El joven agregó que ya habían contemplado la posibilidad de que se anunciara la muerte de los normalistas desparecidos, e insistió en que el problema de violencia e impunidad no es sólo de Ayotzinapa o de Guerrero, sino de todo México, por lo que llamó a preguntarse “qué vamos a hacer con el país, y sobre todo qué vamos a hacer contra ellos”.
Con gesto serio, el estudiante enfatizó: “Podríamos decirles lo que cualquier padre de familia les diría: que quieren guerra con el Estado, así de simple. Lo primero que van a querer es acabar con el problema de una vez por todas. La situación se presta, es la oportunidad, legitimidad hay para hacer las cosas que tengamos que hacer a fin de cambiar la situación en nuestro país.
“Estamos determinados a llegar a donde tengamos que llegar, porque somos guerrerenses, somos campesinos y somos cerradísimos a esas razones estúpidas del Gobierno que todo lo quiere solucionar con las leyes, con una legalidad que defiende simplemente a los de arriba. ¡A la mierda su legalidad, no nos funciona”, dijo. (La Jornada)