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México (16 de noviembre).- Con el objetivo de fomentar la práctica de la producción de alimentos para el autoconsumo, así como que estos estén libres de elementos químicos, estudiantes de bachillerato desarrollan un proyecto comunitario denominado Manos a la Tierra.
La coordinadora del programa, Lucía Dimas García, indicó que una de las principales características de este programa que desarrollan bachilleres de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), es que el cultivo de hortalizas, así como de plantas medicinales, se replique en los hogares de los alumnos.
Se busca que ellos también propaguen esta práctica entre sus familias y vecinos, agregó.
Indicó que aun cuando la producción de alimentos de traspatio no es una práctica nueva, “lo que buscamos es retomar esta costumbre que se tenía en nuestras localidades, lo que también les ayuda a la economía en el hogar”.
Refirió que el programa forma parte de una de las actividades curriculares que desarrollan los alumnos de segundo año de la Unidad Académica de Interacción Comunitaria (UABIC) de la UADY, cuyo objetivo central es mejorar el entorno de las comunidades donde habitan y ser solidarios con su gente.
Los enseñamos a cultivar hortalizas, pero no solo que tengan su rábano, cilantro, lechuga o coliflor, sino también la importancia que estos sean orgánicos, ya que estamos convencidos que muchas enfermedades que han ido en aumento, como el cáncer, se debe al consumo de agroquímicos.
Dimas García refirió que además de hortalizas, también los enseñan a producir tilapias, con lo que enseñan a la población el consumo de un alimento que pueden criar en sus hogares con facilidad y cuyo consumo es rico en proteínas.
El proceso de enseñanza va desde la preparación de la tierra y la elaboración de composta con todos aquellos desechos orgánicos que tienen, pasando por las técnicas de siembra, el tiempo de cultivo y cosecha, hasta más recientemente la deshidratación de esos alimentos para que les duren más antes de ser utilizados.
Destacó que parte de este proceso de enseñanza y capacitación incluye un tanto la importancia de reciclar, pues aprovechamos cubetas, cajas de madera o recipientes viejos para sembrar, práctica básica que mucho ayuda a la economía de las familias.
La idea es que además de mejorar la economía de las familias de los alumnos y de su entorno, tomen conciencia de la importancia de satisfacer nuestras necesidades, sin que esto implique destruir o afectar nuestro planeta y sus recursos, como el agua, que no son renovables, manifestó.- (Agencias)