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Todo mundo murmura: ¿por qué habrá venido Salinas de Gortari, el Carlos ex presidente de México, a Yucatán? ¿Qué se está “cocinando”? Y se fue a ver a Ivonne Ortega. Se encontraron en un lugar especial para degustar nimiedades achocolotadas y, después, durante 2 horas “platicaron” dentro de la oficina del gobernador, ocupada por la dama de Dzemul, doña Ivonne Ortega Pacheco.
Uno fue responsable de todo lo que sucedía en México entre 1988 y 1994. La otra quisiera ser responsable de lo que sucede en Yucatán, pero el México de 2010 ha cambiado y el presidente no es —ni tendría por qué ser— el responsable de 100% de lo que sucede en el país. En el momento de Salinas de Gortari, sí lo era. Y por eso es correcto decir que ese hombre fue responsable de la debacle económica que llovió sobre México a partir de diciembre de 1994.
La creación del monstruo llamado FOBAPROA en su inicio fue la respuesta del gobierno a la sociedad mexicana —aprobada por priistas y panistas, estos últimos siendo gente responsable en su acción— conteniendo un mensaje que va más o menos así: Su gobierno cometió errores; las cosas no salieron en 1994 como su gobierno creyó que se darían; pero las cosas van a mejorar y, en tanto esa mejoría se da, todos necesitamos respaldar los errores del gobierno; por ellos se usarán los recursos públicos para ir pagando, poco a poco, lo que debemos para que el sistema bancario nacional no truene en forma total.
El mensaje no dejó lugar a duda alguna: Salinas había apostado a una acelerada recuperación de la economía mexicana durante 1994. En cambio, 1994 fue un escandaloso año de traiciones, muertes misteriosas, gran corrupción y el fracaso de una recuperación que vino a darse muchos años después.
Sin embargo, nadie puede dejar a un lado un hecho de suma importancia para entender por qué 1994 fue un desastre económico, con todo y que la violencia que se dio no fue ni remotamente la quese ha dado entre 2006 y 2010 —y que continuará por un tiempo más bien prolongado. El hecho ese muy importante que hay que tomar en cuenta es que Carlos Salinas de Gortari y su equipo se negaron a renunciar al control artificial del valor real del peso mexicano frente a las demás monedas del mundo.
Salinas engañó a los mexicanos con ese hecho. O los engañó, o los empresarios se hicieron pendejos, pero la debacle estaba cantada desde el momento en que Salinas se negó a hacer lo que Zedillo sí hizo y, finalmente, Fox y Calderón, en forma totalmente disciplinada, responsable y correcta, continuaron haciendo: respetar el valor libre del peso mexicano frente a las demás monedas del mundo.
¿Por qué el priismo del siglo 20 se negó sistemáticamente a dejar el peso mexicano a flotar con respecto a las demás monedas del mundo? ¿Por qué el priismo se negó a sujetarse a las reglas internacionales del Fondo Monetario Internacional en lo que respecta a no permitir que exista más circulante que el que puede ser sustentado por la producción o el intercambio comercial?
Respuesta: porque el priismo buscó a toda costa control absoluto de las fuerzas de la sociedad. El priismo mató toda posibilidad de desarrollo independiente: surgieron los empresarios “nacionalistas” —léase, los que le hacían la fiesta al PRI— en tanto que los independientes eran constantemente acosados con auditorías fiscales, negación de permisos y obstaculización artificial a sus planes de expansión. Fue el México de la simulación y la mentira.
Ese mismo México que en Yucatán, en chiquito, reproduce al dzemuleña por su modo irresponsable de gobernar. En las páginas del último número de 2010, Artículo 7 hacemos un recuento de Los empresarios de Ivonne Ortega, esos mismos que otrora, a nivel nacional, se llamaron los “Empresarios nacionalistas”.
El único crecimiento sustentable que se ha dado en México, ha sido durante los 10 años de gobierno federal desde diciembre de 2000, les guste o no, lo entiendan o no. Y el crecimiento no ha sido mayor por la herencia monstruosa que dejó Carlos Salinas de Gortari en la deuda del FOBAPROA, que le quita al gobierno federal, cada año, una importante proporción. Esa proporción trató de ser compensada con la generalización del IVA a todos los productos. No era una medida popular y, sin embargo, Vicente Fox y su equipo la promovieron porque es una medida responsable. Se convirtió en Tabú “nacional”.
Es el ahorro nacional lo único que puede equilibrar, a la larga, la quiebra en que los gobiernos priistas, culminando con Carlos Salinas de Gortari, dejaron al país durante el siglo 20. Si esto se entendiera, no habría una sola persona que votara por el partido de esa gente.
El PRD surge como una respuesta al intento tímido y mediocre que hacen los priistas por resolver la situación estúpida en que tenían al país. Posiblemente el PRD haya cambiado en cuanto a los métodos para que el sistema político mexicano se organice. Es en cuanto a los métodos electorales que PRD y PAN están de acuerdo. En cuanto a métodos populistas de gobernar, PRD y PRI están de acuerdo. El PAN está solo en todo lo que se refiere a disciplina fiscal, respeto al contribuyente mayor, promoción de la productividad y generación de empleos sustentados en la producción y no en el erario público.
Los gobiernos panistas se han caracterizado por bajar o cancelar el endeudamiento de los municipios, estados y la nación que han gobernado. Los gobiernos perredistas han enfocado sus esfuerzos en el uso racional —pero no transparente— de los recursos que han manejado. Los gobiernos priistas sólo conocen el método de la “dádiva” como respuesta a los que en alguna forma —limpia o sucia— ayudan a “su causa”, la causa de sus 3 colores partidistas que nada tiene que ver con la causa del país llamado México.
Y dentro de todo este engranaje, resulta que durante los años en que el PRI fue gobierno, los medios de comunicación estaban sujetos a los permisos de los gobiernos priistas. Los comunicadores de audio y video eran severamente controlados y los comunicadores de la palabra escrita eran buscados para convertirlos en dóciles usuarios de plumas aparentemente inteligentes que buscaran la manera de racionalizar las estupideces del priismo, convirtiéndolas en “aciertos”.
Son los pagados los mismos que durante la última década se han dedicado a despotricar en contra de los gobiernos panistas para hacer que parezca que todo lo que se hace está mal. Es más, tienen miedo de redactar algo que sugiera que los gobernantes de la última década son infinitamente mejores que los del siglo 20, si tan sólo fuera por lo que se refiere a transparencia, disciplina fiscal y respeto a la ley.
Hoy, es obligación de los comunicadores responsables dejarse de estupideces y redactar la realidad, que es sólo una y no puede ser al gusto del observador. Es necesario diseminar a lo largo y ancho de todo el país que, dentro de la situación política existente, no es la opción deseable esa que está arriba en las encuestas, esa que Salinas de Gortari, Ivonne Ortega Pacheco, Peña Niet, Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones y demás semejantes —incluidos todos los personajes yucatecos amantes del priismo por razones muy difíciles de poner en claro públicamente.
Necesitamos políticos que puedan gobernar con micrófonos y cámaras que transmitan, en tiempo real, absolutamente todo lo que digan durante las horas de trabajo. Con esa forma de políticos, la plática entre Salinas y Ortega en el palacio yucateco de gobierno estatal, ya sería conocida en detalle. A eso debemos tirarle los mexicanos.
Lector: que tengas un feliz año.