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*México (10 de mayo).-
En México, el ingreso laboral es totalmente desigual, ya que lo concentran en su mayoría los hombres y una mínima parte las mujeres, debido a la discriminación en centros de trabajo y porque realizan tareas no remuneradas en su mayoría.
Según datos del Inegi y de la Secretaría del Trabajo, 62 por ciento de la población que es remunerada por su trabajo son hombres, y sólo 38 por ciento son mujeres.
En el País, 26 millones de mujeres participan en actividades por las que no obtienen un salario, en su mayoría dedicadas a los quehaceres del hogar. En tanto que 9.2 millones de varones pertenecen a este grupo.
“Esta situación de marginación y de exclusión del ámbito laboral es la que en gran medida reproduce círculos de pobreza y de dependencia en el ámbito femenino.
“Por ello, no es exagerado aseverar que el rostro más definido de la desigualdad en el mercado laboral, de todos los sectores y población vulnerable en México, tienen rostro de mujer”, afirmó el Secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida.
Añadió que mientras que los hombres concentran 70 por ciento del ingreso laboral en el País, las mujeres apenas concentran 30 por ciento restante, y dependen en mayor medida de transferencias como subsidios y remesas.
“De 35 millones de personas que realizan trabajo sin una remuneración, 26 millones son mujeres y eso nos habla de una cuestión que tiene que ver con la forma que tradicionalmente se han asignado las labores y el valor que se les ha dado. El trabajo doméstico no es remunerado y por ello se jerarquiza en un plano inferior”, señaló Ivonne Acuña, académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.
Advirtió que existe un cálculo de las ganancias que genera este trabajo no remunerado, que asciende a unos 3 mil billones de pesos, lo cual es equivalente a 20 por ciento del PIB.
“Las labores relacionadas a la vida doméstica, asociadas al cuidado de los hijos genera ganancias y ahorra costos. Si un empresario tuviera que pagarle a su empleado varón todo lo que una mujer hace en una casa, el salario se iría a las nubes”, afirmó la experta.
Añadió que muchas de las mujeres que realizan labores domésticas tienen una doble jornada laboral, ya que salen a trabajar por su parte, para obtener un ingreso.
Aunado a ello, en el País la brecha de ingreso entre hombres y mujeres es de 22 por ciento, en promedio.
Para Mónica Flores, directora general de Manpower, reducir las diferencias entre hombres y mujeres en el mundo laboral llevará 17 años, esto es por lo menos una generación de distancia.
Los sectores que son más excluyentes para las mujeres son minería y extracción, logística y construcción. En tanto que las actividades donde se encuentran más mujeres trabajando es en servicios y comercio.
Desde su punto de vista, la mayor barrera para reducir la brecha laboral es una cultura masculina arraigada en los centros de trabajo.
“El cambio debe ser conducido por los directores generales, especialmente hombres, para demostrar compromiso en lograr que las mujeres ocupen sitios de liderazgo. Y dado que la mayoría de los líderes que establecen políticas son varones, tienen el poder para hacer que el cambio ocurra”, comentó.