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"¿Me da para mi camión?" "¿Una ayudita para los niños con cáncer?" "¿No gusta cooperar para un centro de drogadictos anónimos?" "¿Me ayuda con unas monedas? Me quedé sin gasolina." Los estafadores callejeros se valen de cualquier excusa para lograr que la gente les dé unas cuantas moneditas que al final del día resultan una buena ganancia.
Con carita "angelical" —de esas que dan lástima— bajo un sol abrasante, niños de brazos, latas con nombres de instituciones de ayuda, una lengua ingeniosa y muchos argumentos, los estafadores callejeros se aprovechan de la buena voluntad de las personas y de su poder de convencimiento —dos de sus principales herramientas— para lograr sus objetivos económicos. Llegan a utilizar incluso credenciales, uniformes y direcciones falsas para ser más convincentes.
Sin embargo, su principal e inflalible arma es valerse del sentimiento ajeno, ya que la mayoría de las veces utilizan temas conmovedores como las personas desamparadas, los viejitos, los inválidos, niños huérfanos y hasta alguien en peligro de muerte, con tal de adquirir unos cuantos pesos ganados sin mayor esfuerzo.
El Director General de la Administración del Patrimonio de la Beneficencia Pública del Estado de Yucatán, Miguel Ángel Cabrera Palma, en entrevista con Artículo 7, aseguró que el engañar o embaucar a la gente utlilizando el sentimiento es un fraude y que el motivo por el que estas personas logran sus cometidos es principalmente por tres causas: 1) el volúmen creciente de la población actual que les otorga un gran campo de acción, 2) la desinformación de la mayoría de la gente que no utiliza los medios a su alcance para conocer cómo las instituciones reconocidas recolectan fondos y 3) sobre todo, el sentimentalismo de la gente.
—El yucateco por lo general es generoso: cuando le tocas el corazón se mueve para ayudar. Muchas personas se aprovechan de esto para pedir ayuda y embaucarlos.
Agregó que estos fraudes callejeros carecen de una solución legal, puesto que la situación de estas personas no se encuentra regulada.
—No hay una regulación existente al respecto. Una persona boteando, por ejemplo, en la calle, aunque sea en los cruceros, es peligroso y podría corresponder a las autoridades de tránsito vigilar que la persona esté segura.
{xtypo_quote_right}El yucateco tiene un corazón generoso que si lo tocas se moviliza, por eso se utilizan recursos que apelan al sentimiento{/xtypo_quote_right}
¿Considera que esto es un problema grave?
—Grave no. Sería grave si ya hubieran denuncias puestas. Yo pienso que es un problema de conviviencia, pero la gente poco a poco se ha ido a costumbrando a vivir con estas personas que piden dinero. Cada uno decide ya si les da o no les da. De hecho ya hasta hay cierto respeto entre el que pide y el que da: si dice que no en el cristal de la ventanilla, no se le acerca.
El pedir dinero mediante "boteos" en las calles por alguna organización obedece casi siempre a la necesidad de reunir fondos para una causa determinada como quizá una operación, la construcción de un centro juvenil, alguna campaña anual, etcétera. En estos casos, las campañas de boteo debidamente llevadas, utilizan uniformes o bien credenciales con el logo de la institución fácilmente localizable en la lata o en la ropa.
El C.P. Miguel Ángel Cabrera Palma afirmó que los boteos "no son algo que esté mal" ya que son procesos que muchas instituciones utilizan. El problema reside en que los ciudadanos no sabemos si se está pidiendo dinero para causas adecuadas.
—Es un recurso rápido que ayuda para alguna renta o servicio. Esta gente intenta solucionar su problema inmediato. Pero, pues, a veces ves a unos y luego desaparecen, los dejas de ver.
—De hecho, algunas escuelas realizan estas campañas de forma anual como el Colegio América de Mérida "Teresiano" en su Campaña de la Fraternidad por los más pobres, o bien, el Colegio Peninsular Rogers Hall.
—También instituciones eclesiásticas como el mismo Seminario Conciliar o grupos juveniles utilizan este medio para recolectar fondos para misiones, por ejemplo.
—Lo que produce confusión es cuando una campaña de boteo se realiza de forma permanente; es decir, cuando no cesa nunca, cuando es quizá la única forma para subsistir.
—Algunas veces no necesitan nada más y con eso sobreviven, pero sí sería bueno que buscaran otras formas de recolección.
—Como ejemplo, a la altura de la Ford de Prolongación Montejo y en la Avenida Colón con Reforma se colocan miembros de una albergue de drogadictos anónimos y solicitan ayuda para mantenerlo en cada crucero donde los vehículos hacen su alto. Estos solicitantes tienen una buena causa y cumplen con el requisito del logotipo visible y las credenciales. El único problema es que este boteo lleva meses y parece no terminar, lo que pone en duda su legitimidad.
—Otros boteos son también para albergues, pero la dirección que dan no resulta real o bien, corresponde a domicilios particulares.
El Director de la Beneficencia Pública opinó que aunque si bien es cierto que los boteos son realizados por muchas organizaciones, también se realizan otros tipos de recolección de dinero, como las kermesses, los donativos y también se busca el apoyo de la propia Beneficiencia Pública.
{xtypo_quote_left}Son fraudes, porque estas personas engañan y ya saben que con la lágrima y con el dolor ajeno pueden conseguirlo{/xtypo_quote_left}
—Si las personas que están pidiendo de verdad tienen un fin altruista, pueden hacer mucho más con una institución si realmente existiera. Nay personas que se me acercan en la Plaza para pedirme dinero por alguna causa y les doy mi tarjeta. Les digo cómo les puedo ayudar. Se dan la vuelta y se van.
Comentó que es necesario que una organización exista jurídicamente para que se le puedan dar apoyos, que haya una población a la que se quiera atender.
Más estafadores han visto forma de hacer negocio escudándose en instituciones conocidas, como la Cruz Roja, la que si bien, es cierto que realiza campañas anuales de apoyo, no ubica a sus empleados o voluntarios de forma permanente para pedir ayuda.
—La campaña de la Cruz Roja es una gran movilización, es un movimiento totalmente planeado que le brinda grandes beneficios y con el que puede seguir apoyando a mucha gente.
—También es común ver en los alrededores de Plaza Oriente a miembros de ambulancias que todos los días piden apoyo utilizando estos vehículos para mayor credibilidad. Al final del día estas personas han sido vistas entrando a tiendas comerciales para cambiar sus monedas por billetes, con cantidades que ascienden a los $1,000 y $1,500 por día.
Al respecto, Miguel Ángel Cabrera explicó que hace algún tiempo, en el 2003, existió un grupo que de manera altruista apoyaba a la gente cuando habían accidentes. Sin embargo, hace algunos años desapareció y actualmente con el sistema de salud del estado, la Cruz Roja y Protección Vial, ya no es necesario.
En las inmediaciones del Issste de Pensiones ronda un individuo en desesperación que asegura haberse quedado sin gasolina. El problema es que ya son varias las personas que aseguran haberlo visto en otras ocasiones siempre con el mismo pretexto.
—Es un pajarero y es más joven que yo, nada más no quiere trabajar —asegura un "viene-viene" del rumbo.
—Busca a la gente que se ve que está de paso y les dice que se quedó sin gasolina y les pide para su camión.
—Otra persona aseguró que su excusa es una mentira.
—Me pidió gasolina una vez y no le di. Me lo encontré en una segunda ocasión y me volvió a pedir. Le dije que ya me había pedido. Lo seguí después y vi que se subió a su coche y arrancó como si nada.
—Pide para gasolina, para el taxi o hasta para el camión, pero no cesa en su intento de adquirir unas cuantas monedas. "Me quedé por aquí cerquita", argumenta.
—Incluso ha ampliado su territorio de estafas, pues más personas dicen haberlo visto por la clínica Mérida y Prolongación Montejo, con la misma cantaleta pero cantada de distinta forma.
—Y en el centro histórico hay más tejedores de estafas como la persona con collarín que pide apoyo argumentando un accidente, una caída, entre otros pretextos, pero sin importar cuánto pida, su cuello nunca sana.
Ni siquiera los diputados están excentos de estos pequeños embaucos.
El ex diputado local Jimmy Ambrosio Camargo relató a Artículo 7 que una vez un joven le solicitó ayuda para enterrar a su madre que acababa de fallecer en el Hospital O'Horan. Cuando el ex diputado le pidió el nombre de su madre para comprobar la defunción, el joven se puso pálido y empezó a tartamudear, lo que levantó las sospechas de Ambrosio y más tarde comprobó que lo dicho por el joven no era cierto.
Otro caso, que el mismo panista relató es el de una señora que le solicitó ayuda para sus medicinas con una receta de hacía varios meses atrás. Cuando Jimmy Ambrosio le explicó que la receta estaba atrasada, pero que podía adquirir las medicinas en el DIF estatal y se ofreció a llevarla, la señora se molestó y se retiró de la sala.
Patricia Gamboa Wong, coordinadora de la bancada panista en el Congreso del Estado agregó que hay gente que llega de otros municipios y va de diputado en diputado a ver que les dan. Es el "modus-vivendi" de mucha gente.
Pero sin duda el colmo es utilizar la tragedia ajena para el propio beneficio. En centros comerciales, específicamente en Plaza las Américas, un grupo de personas comenzó a recolectar dinero argumentando que era para la operación de Nicolás, el hijo del flautista de la Orquesta Sinfónica de Yucatán, Joaquín Melo, que padece una enfermedad degenerativa conocida como adrenoleucodistrofia. Su propia madre, Katya Espíndola, en su página salvandoanicolas.com afirmó que estas personas no son de fiar, ya que el transplante de médula de Nicolás ya se ha realizado y si bien es cierto que las contribuciones continúan, son a través de lugares privados como algunas Iglesias con su autorización previa, mediante la venta de artículos como pulseras o bien, mediante cuentas bancarias.
Como Katya Espíndola afirma: "No queremos que la imagen de nuestro hijo se vea dañada para otros fines de gente que quiere sacar partido del dolor ajeno, no queremos que después la gente piense mal de nuestra familia por algo que nosotros no sabemos".
{xtypo_info}Si usted quiere ayudar a Nicolás, puede ponerse en contacto con sus padres a info@salvandoanicolas.com o salvandoanicolas@yahoo.com.mx. El número de cuenta al que usted puede depositar donativos para Nicolás: HSBC 404355997 y en Banamex 909 2534356 a nombre de Katya Espíndola {/xtypo_info}
Al preguntarle a Miguel Ángel Cabrera cómo obrar ante estas estafas recalcó que nuevamente la falta de información es una causal en estos fraudes.
—Es un problema de cultura. Hace falta concientizar a la gente, que sepan qué es lo que sucede en el medio. Mientras más lo permitamos, esto va a continuar.
Conclusión. La próxima vez que le pidan dinero por alguna noble causa, por pretextos extraños o simplemente usted sospeche que hay algo extraño, antes de pensar en darle dos pesos a ese "pobrecito", siga el consejo del funcionario Cabrera Palma "utilice su sentido común".