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MEXICO, D.F., 24 de agosto.- Al menos cinco de los 12 jóvenes secuestrados el 26 de mayo pasado en el bar Heaven de la Ciudad de México fueron identificados entre los 13 cadáveres hallados en una fosa clandestina en Tlalmanalco, Estado de México.
La fosa clandestina evidenció que fue levantón.
Las procuradurías generales de la República (PGR) y de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) informaron que está plenamente identificado Alan Omar Athiencia Barranco, mientras que existen datos suficientes de que otros cuatro cuerpos pertenecen a Gabriela Ruiz Martínez, Rafael Rojo Martínez, Guadalupe Morales Vargas y Josué Piedra Moreno, todos desaparecidos junto con otras siete personas.
Los datos que llevaron a estas identificaciones fueron tatuajes, implantes y prótesis localizados en los cuerpos.
El subprocurador de Control Regional de la PGR, Renato Sales Heredia, confirmó que en la fosa clandestina localizada el miércoles "se obtuvieron los restos de 13 personas", seis más de las que se habían reportado.
Sales Heredia reiteró que al realizar una investigación relacionada con violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, se localizó la fosa, la cual estaba cubierta de cemento, asbesto y cal. En la revisión de fueron hallados un arma de fuego 9 milímetros y una escopeta.
Por su parte la coordinadora de servicios periciales de la Procuraduría General de la República, Sara Mónica Medina Alegría, detalló que las pruebas periciales continúan para conocer la identidad de las otras ocho personas, siete de las cuales podrían pertenecer a quienes desaparecieron en el bar Heaven.
De las 12 personas secuestradas en el bar, faltan por identificar a Aarón Piedra Moreno, Eulogio Fonseca Arreola, Gabriela Téllez Zamudio, Jennifer Robles González, Jerzy Ortiz Ponce, Monserrat Loza Fernández y Alejandro Said Sánchez García.
Los trabajos de investigación del resto de cadáveres continúan y a todos ellos se les someterá a pruebas genéticas, agregó Medina Alegría.
Tras el anuncio, familiares de los secuestrados daban por perdidos a sus seres queridos a pesar de que sus nombres no estaban en la lista de identificados.
“Nos los mataron, asesinos, desgraciados”, gritaba María Teresa Ramos, abuela de Jerzy Ortiz, que a sus 16 años fue el más joven de los raptados. “No nos vamos a parar aquí, nosotras somos guerreras (...) esto no se va a quedar impune”.
Otros familiares se mostraron sorprendidos por la rapidez con la que se concluyó el primer estudio de ADN —la Fiscalía dijo el jueves que tardaría al menos dos días—, criticaron la investigación y reclamaron con indignación que les convocaran a la Fiscalía después de que se difundiera la información.
El 26 de mayo, 12 jóvenes desaparecieron a plena luz del día del bar Heaven, a sólo una cuadra del Paseo de la Reforma, una de las arterias principales y más concurridas de la capital.
La mayoría de los jóvenes desaparecidos vivían en Tepito y al menos dos de ellos —incluido Jerzy Ortiz— tienen padres que están purgando penas en prisión, aunque sus familiares insisten en que los jóvenes no andaban en malos pasos.
La principal hipótesis de las autoridades es que los 12 fueron levantados como parte de una disputa entre dos grupos rivales de narcomenudeo en el barrio de Tepito, de donde son originarios la mayoría de ellos.
“Los van a terminar verificando a todos”, dijo Ricardo Martínez, abogado de algunas de las familias y quien en la víspera había dicho que autoridades ya le habían notificado que eran 13 cuerpos.
Dijo que la investigación del caso debería quedar en manos de la Procuraduría General de la República, no la de la capital, porque el hallazgo refleja “que es delincuencia organizada”, de competencia federal. (Agencias)