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México (31 de marzo).- Los jóvenes entre 12 y 18 años representan a la población más vulnerable para adquirir una adicción a las redes sociales, advirtieron expertos del Tecnológico de Monterrey en Puebla y del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente.
Eduardo Calixto González, director del Departamento de Neurobiología del INP, aseguró lo anterior porque fisiológicamente el cerebro del joven no ha madurado lo suficiente para tener la capacidad de inhibir la producción de un neurotransmisor como la dopamina.
Abundó que la dopamina produce placer, y puede generarse en exceso por cada “like” o “emoticon” que espere el usuario dentro de una red social como Facebook.
Se estima que un joven que pasa entre cuatro y cinco horas al día en una red social ya presenta síntomas de adicción. Los padres de familia no deben “satanizar” las redes; por el contrario, es preciso que conozcan sus desventajas, para prevenir un problema de salud que se generará en los próximos 10 años.
“Porque es la dopamina la que se libera con el like, y cuando no se libera la estamos esperando, y cuando ya se liberó mucho ahora tenemos un problema. Ya que si antes sólo se requerían 5 y 7 likes para generar dopamina, ahora se esperan entre 20 ó 30 para sentirnos liberados”, indicó.
Añadió que por, la inmadurez cerebral del joven, éste generará una dependencia a estar conectado. Por ejemplo los adictos, en su mayoría menores a 25 años, en un 80 por ciento sólo pueden estar desconectados apenas un par de horas.
Además de que baja el rendimiento escolar del joven a nivel social, también existen problemáticas, porque ya no se interactúa “cara a cara” con las personas.
Esta situación, a su vez, provoca que los usuarios, al no dar un abrazo o tener contacto físico, dejen de producir endorfinas y oxitocinas, los cuales son neurotransmisores cerebrales que permiten mantener un equilibrio emocional.
Héctor Cerezo Huerta, director del departamento de Psicología del Tecnológico de Monterrey en Puebla, especifica que hoy en día un 80 por ciento de los jóvenes que sobrepasan las tres horas en Facebook “no consideran que sea un problema”.
Esta falta de reconocimiento, es similar a cualquier adicción; y por tanto, se convierte un problema que resulta difícil de resolver por parte del joven mismo.
Por esta razón, el académico considera que los padres de familia, más que prohibir el uso de redes como Facebook y Twitter, deben entender cómo controlar su uso, y el primer paso es poner límites, así como, ser el filtro que conozca la personalidad que está tratando de reflejar el joven.
“Si el padre de familia le dice que no lo use, lo que estará provocando, a causa de su inmadurez cerebral, es que lo haga cada vez más. Es como decirle, quiero que lo sigas haciendo”, detalló Cerezo Huerta*.- (Agencias)*