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MEXICO, D.F., 8 de mayo.- En los últimos ocho años, la población mexicana enfrentó alzas de precios que le han provocado pérdidas en su poder adquisitivo, pero a ello se sumó el impacto de la Reforma Fiscal, debilidad económica, más desempleo y una constante caída del ingreso, revelan cifras oficiales.
Por ejemplo, para el 2014 se acordó un aumento de 3.9% en el salario mínimo, el cual se ubicó en 67.29 pesos por jornada. Sin embargo, el alza en precios ha terminado por absorber el incremento, por ello el salario mínimo en términos reales, es decir, descontando la inflación, se ubicó en marzo en 59.41 pesos, mientras que en igual mes pero del 2006 se ubicaba en 61.65 pesos.
En estos ocho años el salario ha retrocedido poco más a dos pesos, lo que ha mermado la capacidad de compra de la población.
De acuerdo con datos de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) una canasta de 10 productos básicos cuesta 173.6 pesos la cual incluye huevo, pollo, azúcar, frijol, leche, atún, jabón de tocador, tortilla, una botella de agua y un boleto del metro; es decir que se requieren 2.6 salarios mínimos para realizar este consumo.
El índice de canasta básica está integrado de 82 productos pero con un salario mínimo no se cubren estos bienes y servicios.
En las últimas tres décadas la pérdida del poder adquisitivo ha sido consistente. Hasta el cuarto mes del 2014 un salario mínimo permitía comprar 5.3 kilos de tortillas, este nivel casi se mantuvo desde el 2007, que es el más bajo desde 1984 cuando las familias podían adquirir casi 32 kilos de tortilla, dijo Samuel Ortiz Velásquez autor del Tortillímetro junto con el investigador de la UNAM Enrique Dussel Peters.
A consecuencia de las alzas, muchas familias dejaron de comprar con la misma frecuencia, calidad y cantidad: carne, leche, huevo y pan, afirmó el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la UNAM, que coordina el investigador de la UNAM, Luis Lozano Arredondo.
Además, se redujeron las porciones de productos y se mantuvo el precio, pero ya no rinden lo mismo, como se ha visto en el tamaño de bolillos, bebidas azucaradas, artículos de higiene, entre otros.
Pese a las expectativas positivas de la economía mexicana con la aprobación de las reformas, los ingresos de los hogares, con varios años a la baja, se han deteriorado.
Tan sólo en los últimos cinco años, a partir de la crisis del 2009 y hasta abril del 2014, el tanque de 20 kilos de gas LP observa un aumento de 45% al pasar de 186 pesos a 269.4 pesos en este periodo. Con los gasolinazos, el litro de la Magna subió de 7.77 a 12.59 pesos, de acuerdo con Pemex.
Hace seis años, el kilo de tortilla osciló entre 7 y 8 pesos. Actualmente se ubica en un promedio de 12 pesos; el arroz de costar 12 el kilo, subió a 22; el frijol, pasó de entre 8 y 12, un aumento de más de 20 pesos, sumado a incrementos en los cárnicos y lácteos, aseguró el director para América de la Unión Mundial de Mercados Mayoristas, Alfredo Neme Martínez.
A la inercia del alza de precios que ya se tenía, se agregaron los efectos de la Reforma Fiscal que a inicio del presente año se reflejó en incremento inflacionario de 4.63 % en la primera quincena de enero.
El 1 de enero del 2014, las familias enfrentaron mayores impuestos en productos de consumo cotidiano como refrescos, botanas, tabaco, bebidas alcohólicas, alimentos no básicos con alta densidad calórica, entre otros.
A estos efectos habría que agregarle una desconfianza creciente de los hogares en el desempeño de la economía y sus expectativas para adquirir bienes duraderos. Especialistas aseguraron que además habría que agregar los consistentes gasolinazos mensuales que generan inestabilidad de precios.
El alza en cotizaciones de bienes y servicios llegó para quedarse “y tan se quedaron que lo vemos reflejado en los fuertes incrementos de precios” tan solo en seis mercancías se concentró el alza inflacionaria, dijo el coordinador de Monitor de la Manufactura Mexicana de la UNAM, Samuel Ortiz Velásquez.
Por ejemplo, hasta marzo los refrescos tuvieron un alza de 17.5% anual, el pan de dulce subió 1%; en la gasolina Magna fue de 12.2% y, a pesar de la Reforma Energética la luz y el gas explicaron 11.6% del alza de dicho indicador.
“Será un año difícil, pues se conjugará la inestabilidad en precios, resultado de la Reforma Fiscal y de los gasolinazos mensuales y por otro lado, persiste la inestabilidad en variables como el ingreso y empleo en un contexto de un acelerado proceso de reformas”, dijo Ortiz.
Pese a que los incrementos del limón y el aguacate fueron tema de relevancia en los primeros meses del año, estos productos tienen poco peso en el índice general de inflación y ambos representan 0.32% en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). Además no se incluyen en la canasta básica.
Sin embargo hay productos como el transporte, la gasolina, la cerveza, el gas que muestran incrementos importantes y que tienen una ponderación alta en la canasta básica, la cual hasta el tercer mes de este año muestra un aumento de 5.5% anual, superior al dato de 3.76% de la inflación general.
Además el desempleo sigue en aumento. Datos del INEGI muestran que la tasa de desocupación como proporción de la Población Económicamente Activa trepó a 5.25% en el tercer mes de año, dato superior a 4.96% de marzo del 2013.
Con estos resultados, el total de la población desocupada se ubica en 2.76 millones de persona, además hay que considerar que el empleo informal representa 60% de la población ocupada total en el país, es decir que 6 de cada 10 empleos son en la economía no estructurada.
Las cifras se reflejan en una debilidad de la confianza de los consumidores en el futuro y presente de su situación económica y del país, así como de los propios hogares, pero sobre todo para la adquisición de bienes duraderos.
El Índice de Confianza del Consumidor del INEGI acumula siete meses consecutivos a la baja y en abril presentó una contracción de 5.7%, pero el componente que mide las intenciones de las familias de compra de bienes duraderos bajó 5% en el cuarto mes del 2014.
Con estos resultados el mercado interno se ha visto debilitado y su contribución al crecimiento económico se ve frenado, las ventas al menudeo acumulan 3 meses a la baja, tan sólo en febrero la reducción fue de 1.27% en términos mensuales y en cifras ajustadas.
La lectura es que los hogares no sólo resienten mayores presiones en su gasto familiar cotidiano, también tienen una perspectiva negativa de su consumo, lo que implica una débil demanda interna que puede frenar el crecimiento.
De acuerdo a las encuestas hechas por el CAM en junio del 2012 un kilo de bistec de res costó 90 pesos y hoy se llega a comprar en 120 pesos, si se toma en cuenta que el salario mínimo es de apenas 67.29 pesos al día las familias mexicanas apenas pueden consumir la carne dos días de la semana.
Cuando los precios de un producto suben, las familias dejan de comprarlo o lo adquieren con menor frecuencia, aseguró Neme Martínez, como sucedió cuando subieron los precios del limón, aguacate, manzana, jitomate u otros.
Estas alzas se presentan desde el 2008, ya sea por cuestiones climáticas que afectan a las cosechas o por la falta de planeación y de políticas agrícolas que disminuyan los vaivenes del mercado, porque podrían apoyarse más a los productores para que cuando deje de producirse en Sinaloa se haga en otro estado o para evitar que se almacenen y se echen a perder cosechas debiera de invertirse en infraestructura para procesar y enlatar alimentos.
Además de que, subió el porcentaje de agroalimentos que importamos, al ya no producirse en México y eso liga los precios a vaivenes externos, dijo Neme Martínez, porque 40 % de lo que consumimos es importado, como carne de res, de cerdo o pollo, peras, manzanas, uvas, 80% del arroz, entre otras.
“Perdimos nuestra capacidad productiva siendo la cuarta potencia en biodiversidad”, explicó el también vocero de la Federación Latinoamericana de Mercados de Alimentos y agregó que se debió a políticas que descuidaron el campo desde Echeverría a la fecha.
La pérdida de poder adquisitivo acumuló 72% de 1976 al 2014 porque partimos de un “decrecimiento dinámico” con Luis Echeverría, altas inflaciones con José López Portillo y Miguel de la Madrid, además de de una desaceleración en los sexenios de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo y estancamiento con Fox y Calderón, aseguró el CAM en el estudio. (El Universal)