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*México (17 de mayo).-
Al menos 30 por ciento de la población mexicana de entre 40 y 50 años padece hipertensión arterial (HTA), en especial la masculina, destacó Juan Pablo García Acosta, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala.
Además, hay muchos individuos con esta condición que lo ignoran, pues al principio los síntomas son mínimos y al presentarse son leves o se les da poca importancia. Por ello, con frecuencia el diagnóstico es tardío y esta enfermedad recibe el mote de “la asesina silenciosa”, explicó.
Con motivo del Día Mundial de la Hipertensión Arterial, que se conmemora este martes, indicó que aunque ésta daña gradualmente diversos tejidos del cuerpo -en particular algunos órganos vitales como el cerebro o el riñón- no genera molestias en el paciente.
La más frecuente entre los niños, comentó, es la de tipo secundaria, es decir, la derivada de problemas previos como insuficiencia renal o alteraciones cardiovasculares; sin embargo, en los últimos años hemos visto menores con sobrepeso y obesidad que la padecen a consecuencia de su dieta y la poca actividad física que realizan.
El responsable del servicio médico de la FES Iztacala detalló que el término de hipertensión arterial se aplica a la resistencia ejercida por las arterias al recibir el flujo sanguíneo que impulsa el corazón.
Los síntomas más frecuentes son dolor en la parte posterior de la cabeza, mareo, palpitaciones, zumbido de oídos o ver pequeños destellos luminosos, todas éstas señales de alerta para buscar atención médica y confirmar o descartar HTA, subrayó.
Al manifestarse la enfermedad, las secuelas suelen ser irreversibles y afectan la calidad de vida, como alteraciones en el sistema nervioso -que pueden conducir a un derrame cerebral-, daños renales y afecciones visuales, como derrames o trastornos en la retina.
La única forma efectiva y certera para diagnosticarla adecuadamente es mediante la exploración clínica, con un baumanómetro de los empleados en consultorios, pues los electrónicos tienen un margen de error amplio que arroja lecturas poco fidedignas, dijo.
Tratamiento
Para tratar la HTA es preciso ponderar las condiciones particulares de cada individuo, la presencia de otros padecimientos y su estado físico con el objetivo de determinar los fármacos idóneos, pero básicamente se prescriben diuréticos y medicina para disminuir la presión, refirió.
Además, debe llevarse un control puntual del tratamiento y dar seguimiento a los pacientes, pues de quienes son tratados por hipertensión, una mitad es supervisada y la otra se conduce de forma descontrolada, lo que originará, tarde o temprano, daños irreversibles.
Ese mal es costoso para la familia, el enfermo y las instituciones de salud, porque al ser crónico-degenerativo y presentarse en la mitad de la vida, los afectados invertirán en medicamentos, revisiones y estudios de seguimiento durante tres o cuatro décadas, y si hay complicaciones los costos serán mayores.
“Un pendiente en la agenda nacional es impulsar la prevención y el diagnóstico temprano, pues si se controla oportunamente se evitarán las secuelas, la parte más cara de la HTA”.
Al referirse al Día Mundial de la Hipertensión Arterial, consideró que la efeméride sirve para poner el acento en el diagnóstico por medio de revisiones periódicas como parte de sus controles preventivos, en la identificación de factores de riesgo para impedir su desarrollo y en tratamientos adecuados para evitar daños crónicos.