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México (5 de octubre).-
La exposición Mexique 1900-1950 se inauguró con buenos augurios en el Grand Palais, uno de los espacios de exposición más importantes de la capital francesa.
La muestra, curada por Agustín Arteaga, actual director del Museo de Arte de Dallas, pretende descubrir al público parisino el arte moderno mexicano a través de 203 obras de 64 artistas entre pintura, escultura, fotografía y cine.
“Es una muestra extraordinaria, hay obras muy importantes y que no se ven con frecuencia como ese retrato de Ramón Gómez de la Serna realizado por Diego Rivera, o bien algunos de Miguel Covarrubias”, se entusiasmó el escritor mexicano Alberto Ruy-Sánchez, quien fue uno de los primeros en llegar a la inauguración.
Hasta las 22:00 horas, hora local, se formó una larga cola frente a la entrada del edificio situado en los linderos de la avenida de los Campos Elíseos.
“Tuvimos que hacer dos entradas y dos filas, una para los VIP y otra para los demás invitados, pero a pesar de ello, hay mucha espera, algo más de lo que sucede en otras inauguraciones”, explicó a REFORMA, uno de los empleados del Grand Palais.
En el interior, el público chocaba entre sí sin poder apreciar la exposición tan ampliamente pues, según responsables del Grand Palais, los asistentes se contaban por cientos.
“Fueron más de mil invitaciones, sin contar los cientos de periodistas que asistieron a la jornada de visita reservada a la prensa, el pasado lunes”, comentó a REFORMA una responsable del Grand Palais.
Pocos en cambio asistieron a los discursos de inauguración de la Ministra de la Cultura de Francia, Audrey Azoulay; la Secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu; la directora del INBA, María Cristina García Cepeda, y la directora del Grand Palais, Sylvie Hubac. Éstos se realizaron en presencia del Embajador de México en Francia, Juan Manuel Gómez Robledo, en la terraza que corre a un costado de la fachada del Grand Palais con una gran vista sobre el Petit Palais, recinto cultural situado del otro lado de la avenida Winston Churchill.
“Por unos meses el Grand Palais, que lleva por mención monumento a la gloria del arte francés, se convierte en un monumento a la gloria del arte mexicano”, dijo la Ministra Azoulay.
Los invitados eran miembros de la comunidad mexicana asentada en Francia, pero también representantes del mundo institucional y cultural francés, en especial destacó la presencia de la actriz Arielle Dombasle que fue nombrada madrina de la exposición por lo estrechos lazos que la unen a México.
“Soy realmente una mexicana de corazón, mexicana por mi sensibilidad. México me formó, me moldeó y adoro México”, dijo Dombasle a REFORMA.
Dombasle aprovechó para contactar a mexicanos que la pudieran ayudar en su próximo proyecto para el Día de Muertos, relacionado con esta exposición, como los miembros de la Cámara de Comercio Mexicana en Francia, o fabricantes de calaveritas.
“Mi papel de madrina es promover la exposición por eso voy a dar un concierto aquí, en el Grand Palais con motivo del Día de Muertos”, explicó.
“Es una exposición que presenta a artistas poco conocidos en Francia, con obras desconocidas y es importante que los franceses descubran la importancia, amplitud y variedad del arte mexicano”, comentó. Frida y Diego, sensación sin sobreexposición A pesar de la diversidad de artistas y obras que presenta la exposición mexicana, las obras de Diego Rivera (unas 16) y Frida Kahlo, siguen siendo las más admiradas.
“La intención que tiene esta exposición es de ser una plataforma de introducción y de presentación a otros artistas que han quedado a la sombra de otras figuras como Rivera, Siqueiros y Orozco.
“Sin embargo, si hiciéramos una exposición sin las grandes obras maestras de estos artistas habría un gran vacío”, explicó el curador Agustín Arteaga.
El hoy director del Museo de Arte Dallas no considera que la obra de estos artistas, en especial Rivera o Kahlo sufran de una sobreexposición, que pudiera dañarlas.
“Si nuestro patrimonio debe guardarse en nuestras bodegas para preservarlo y que lo desconozca el mundo entero no tiene sentido, aunque tampoco estoy de acuerdo en que las obras maestras viajen a donde sea y por cualquier motivo, sin un contexto que justifique su presencia”, dijo.
“Pero aquí estamos hablando de la exposición más importante que se ha hecho en Francia sobre el movimiento moderno mexicano y si queremos dar una justa representación y motivar que esto despierte la curiosidad y la necesidad por saber una verdadera historia y no sólo los clichés pues es necesario tener todas las obras”, señaló.
“Frida Kahlo se ha convertido en un ícono, en un personaje popular pero no creo que haya una sobreexposición. Si se le expone mucho es porque corresponde a una demanda del público.
“Con Frida, se ha generado un fenómeno popular importante, algo que también se ve con los pintores impresionistas”, dijo a REFORMA Beatrice Avanzi, curadora italiana del Museo de Orsay que en 2013 curó la exposición sobre Frida Kahlo que se llevó a cabo en el museo parisino de l’Orangerie.
“Estoy a favor de la circulación de las obras, aunque las obras deben viajar en los límites del respeto de la conservación, pero si las personas a cargo juzgan que pueden viajar no hay problema”, agregó.