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Barcelona, 26 de febrero.- “A veces resulta difícil reconocer al papá de las chanclas de cuero, al que revivió a mi hámster haciéndole el boca a boca con un boli Bic o me desmiga el pescado para que no me trague una espina…”, escribió en la apertura de la nota original de la revista Telva -parte del grupo Unidad Editorial- Casilda, hija del matrimonio de Francisco Sánchez Gómez con su madre homónima.
De Lucía creía ser un buen “instrumentista”, pero “muy limitado como músico”
Aquí reproducimos parte de la nota:
A principios de los 50, Algeciras era el núcleo de todos los flamencos de Andalucía. El contrabando con Gibraltar dejaba mucho dinero y había más fiestas que en ningún otro lugar de la región. Mi abuelo Antonio, que se buscaba la vida tocando de noche, volvía a casa al amanecer con algunos de aquellos guitarristas y cantaores, y terminaban la fiesta en el patio. El pequeño Paco, que lo observaba todo desde ese suelo tan limpio que es la niñez, talló su memoria con aquellos compases.
¿Te acuerdas de la primera vez que tocaste la guitarra?
Tendría 7 años. El abuelo estaba intentando enseñarle una falseta a tío Antonio, que era muy quejica, y no había manera. Mi hermano se rascaba la cabeza desesperado y le decía: “¡Es que me duelen los dedos!”. Entonces yo, que llevaba allí un rato mirando y que no había tocao nunca, dije: “Pero si es muy fácil”. Mi padre me pasó la guitarra y lo toqué. A partir de entonces empezó a enseñarme a mí.
“No había tocao nunca y dije: ‘Pero si es muy fácil’”
Entonces, ¿cómo te definirías?
Como un trabajador que tiene unas condiciones naturales como instrumentista y está muy limitado como músico.
Hoy por hoy, ¿qué cosas te emocionan?
Más que las relaciones humanas, el arte: una frase en un libro o un intérprete que dice algo de una forma muy sutil. Es lo que más me acerca a las lágrimas, que para mí son la máxima expresión de la emoción.
(Sobre la muerte) ¿Crees que hay algo más allá?
Siempre he pensado que no, que aquí se acaba todo. Pero me pasó una cosa de niño que me tiene despistado. Una noche, tendría yo 5 ó 6 años, soñé que a mi padrino, que era contrabandista, lo mataba en la carretera la Guardia Civil. Se lo conté a mi madre y, una semana después, moría exactamente como en mi sueño. No sé, una de esas cosas que no puedes explicar….- (Infobae)