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SAO PAULO, Brasil, 12 de junio.- El momento más esperado de la ceremonia de la inauguración del Mundial, el milagro de la ciencia, no se vio.
Juliano Pinto, quien es parapléjico, daría 25 pasos a través del campo de fútbol de la Arena Corinthians con la ayuda de un exoesqueleto y ejecutaría el esperado saque de honor en la inauguración del Mundial.
Miles de personas esperaban el gran momento en el que se demostraría uno de los más grandes avances científicos para el mundo. Pero aquel momento no sucedió como esperado.
Pinto dio un par de pasos sobre un tapete rojo, estiró la pierna y el balón rodó unos cuantos metros.
La demostración de Pinto quedó restringida en la parte lateral del campo, según el Comité Organizador de la Copa del Mundo, para no perjudicar el pasto debido al peso del equipo del exoesqueleto.
El científico brasileño Miguel Nicolelis, encargado del proyecto, escribió en su Facebook We did it! (Lo hicimos). Sin embargo, la exhibición generó críticas en las redes sociales.
Algunos aplaudían el hecho, otros reclamaban decepcionados no haberlo visto.
Juliano Pinto, quien vive en la ciudad de Galicia, fue víctima de un accidente de tráfico que lo dejó parapléjico a los 26 años.
El sistema de interacción por señales del cerebro entre parapléjicos y un complejo exoesqueleto acoplado al paciente fue probado con éxito en las últimas semanas en Sao Paulo.
Así, la patada inicial fue realizada por una persona discapacitada que tuvo ayuda de la tecnología.
"La forma como distribuimos esas señales en las partes del cuerpo del paciente que aún tienen sensibilidad fue uno de los grandes descubrimientos del proyecto", dijo Nicolelis en una entrevista.
El inédito proyecto, conocido como Walk Again (Andar de nuevo), forma parte del desarrollo de una nueva tecnología de movilidad, la neurorehabilitación, que permite a la mente mandar señales a una vestimenta robótica conocida como exoesqueleto.
"Creamos un sistema de interacción entre paciente y exoesqueleto que no existía y vamos a seguir trabajando para perfeccionar el sistema en futuras versiones", agregó Nicolelis.
Según el investigador, la distribución de señales se produce a través del "deseo del ser humano de moverse, que es transmitido para el sistema, al tiempo que el exoesqueleto le manda señales de vuelta al operador cuando realiza los movimientos ordenados".
Según Nicolelis, a diferencia de un robot, que es algo sin un ser humano en su interior y controlado por softwares, el exoesqueleto es "un híbrido que permite al ser humano interactuar con el equipo".
El brasileño asegura que propiciar la sensación real de volver a andar es sólo el comienzo de lo que el proyecto puede alcanzar.
Al ser interrogado sobre cuántas personas pueden beneficiarse del proyecto, Nicolelis explica que la investigación no partió de una cuenta matemática y que, de los "20 millones de parapléjicos" del mundo, muchos podrán ser ayudados.
"Este es el primer paso. Una forma de mostrarle al mundo que es posible mejorar la calidad de vida de esos pacientes, pero nadie puede dar el número de años o de pacientes que alcanzará, porque no se trata de economía. No se calcula de esa forma", dijo.
El científico también destacó las "experiencias muy reales" de los ocho pacientes que usaron el exoesqueleto en una velocidad razonable gracias al sistema de señales táctiles que desarrollaron.
El proyecto Walk Again es un consorcio formado por 156 científicos, ingenieros y técnicos de universidades e institutos de investigación de todo el mundo.
El exoesqueleto es la primera fase del consorcio, que tiene por objetivo impulsar tecnologías basadas en la conexión cerebro-máquina para beneficiar a personas con movilidad limitada.
Los pacientes que integraron la selección canarinha del proyecto, de entre 20 y 40 años, tienen parálisis de los miembros inferiores causada por lesión medular total.
El primer paciente consiguió caminar con el exoesqueleto el 29 de abril pasado y en los días siguientes los otros siete también consiguieron dar un promedio de 120 pasos en cada sesión. (Univision)