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SAO PAULO, Brasil, 12 de junio.- “Lázaro, levántate y anda”. Toda una resurrección. Andar de nuevo. El Mundial de Brasil arrancó hoy con toda la pasión por el fútbol pero también con un avance tecnológico al borde del milagro como el de Jesús con su amigo. Un paciente parapléjico dio el puntapié inicial al primer juego ayudado por un exoesqueleto construido por científicos brasileños, franceses, suizos y estadounidenses.
“Los expertos no quieren que otros pacientes crean que la tecnología ya está disponible”.
Unas 70,000 personas lo miraron en el Estadio Arena Corinthians a las 5 pm hora local y millones más en el resto del mundo. Pero al final nadie lo vio. El evento que pretendía ser histórico pasó desapercibido.
Miguel Nicolelis, el científico brasileño que encabeza el equipo que durante 10 años trabajó en esta idea.
El proyecto Andar de Novo o Walk Again Project (Andar de nuevo) experimentó con 8 pacientes de entre 20 y 35 años y uno de ellos fue el elegido para dar el puntapié inicial al partido Brasil-Croacia.
El exoesqueleto pesa unos 70 kilos y mide 1.78 metros y tiene una batería que le da una autonomía de movimiento de dos horas. Es controlado por las actividades cerebrales del paciente, que también recibe señales sensoriales de la máquina.
El paciente usa un casco con 32 electrodos por el que transmite las ondas cerebrales a una computadora que carga en una mochila o morral. A su vez, la computadora transforma esas señales en instrucciones para los pistones hidráulicos que son responsables de los movimientos de las piernas mecánicas sobre las que se yergue el paciente. Una serie de giroscopios ayudan a mantener el exoesqueleto balanceado.
El “milagro” de hoy no sólo ocurrió en el cuerpo del paciente sino también desde el exterior. Un sensor en el exoesqueleto –implantado en las mangas del traje robótico- captó el ambiente alrededor para reproducir las sensaciones que experimentan los seres humanos. Sensores de presión, temperatura y vibración intentarán que el paciente vibre al ritmo de los espectadores, aunque no se sabe aún hasta qué punto fue capaz de sentir ya que no se han podido reproducir las mismas condiciones de un estadio enloquecido de pasión.
Al tocar el suelo, el exoesqueleto pone en marcha un vibrador conectado al brazo del paciente. La idea es que el cerebro asocie estas vibraciones al movimiento de las piernas para que la persona vuelva tener la impresión de sentir sus piernas y pueda dar las órdenes de caminar al equipo. La paraplejia o paraplejía es una enfermedad que afecta la parte inferior del cuerpo y la deja paralizada, impidiendo que la persona sienta cualquier tipo de estímulo o tenga cualquier clase de funcionalidad. Las causas pueden ser traumáticas (una lesión en la médula espinal) o congénita (por una enfermedad como por ejemplo la espina bífida). Cuando además de las piernas se ven afectados los brazos, la enfermedad se conoce como cuadriplegia o tetraplegia.
El exoesqueleto es fruto de la última tecnología. Fue construido en diferentes países y varias de sus partes son producto de impresoras 3D que trabajan con plásticos especiales, además de metal y aluminio. (Univisión)