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Buenos Aires (19 de enero).- El fiscal argentino Alberto Nisman, que denunció a la presidenta, Cristina Fernández, por presunto encubrimiento de Irán en un atentado contra una mutual judía, fue hallado muerto en su vivienda de Buenos Aires en circunstancias aún por aclarar, informaron fuentes judiciales.
Nisman, el fiscal de la causa por el atentado con la mutual judía AMIA, fue encontrado muerto en su departamento del barrio porteño de Puerto Madero, confirmaron fuentes judiciales.
El cuerpo de Nisman fue descubierto apenas unas horas antes de su comparecencia prevista para hoy ante el Congreso para detallar la denuncia que alcanza a Fernández y a varios de sus colaboradores por el supuesto encubrimiento de los presuntos autores del atentado contra la AMIA, que causó 85 muertos y más de 300 heridos en 1994.
La diputada opositora Patricia Bullrich, una de las primeras en acercarse a la vivienda de Nisman tras conocer su muerte, explicó a medios de prensa que el fiscal le había revelado que había sido amenazado y que incluso había transmitido su preocupación a la Fiscalía General para que reforzaran su custodia.
Un fiscal muerto antes de dar un informe al Congreso en una causa donde hay terrorismo internacional me parece de una enorme gravedad”, agregó Bullrich.
Alberto Nisman se había convertido en el centro de atención política en los últimos días tras denunciar a la presidenta y a varios de sus colaboradores, entre ellos el canciller, Héctor Timerman, por los delitos de “encubrimiento agravado, incumplimiento de deber de funcionario público y estorbo del acto funcional”.
La muerte del fiscal Nisman es un hecho gravísimo. El Gobierno tiene que asumir su responsabilidad y garantizar que se esclarezca perfectamente este hecho tremendo”, subrayó el diputado Miguel Bazze, de la Unión Cívica Radical, en un comunicado.
La denuncia, basada en escuchas telefónicas, alcanza también al diputado oficialista Andrés Larroque, los militantes Luis D’Elia y Fernando Esteche, personal de la secretaría de Inteligencia de la Presidencia argentina, el ex fiscal federal y ex juez de instrucción Héctor Yrimia y el referente comunitario iraní Jorge ‘Yussuf’ Khalil.
Nisman contaba con grabaciones de conversaciones telefónicas entre las autoridades iraníes y agentes de inteligencia y mediadores argentinos que, según el fiscal, demostrarían que Argentina suscribió un acuerdo con Irán que implicaría el encubrimiento de los sospechosos del atentado contra la AMIA a cambio de impulsar el comercio bilateral y el intercambio de petróleo por granos en un contexto de crisis energética en el país sudamericano.
La oposición esperaba conocer hoy nuevos detalles durante la comparecencia de Nisman en el Congreso, mientras el gobierno se apresuró a cerrar filas en defensa de Cristina Fernández, y acusó al fiscal de mentir y de dejarse arrastrar por conflictos internos en la Secretaría de Inteligencia.
El atentado contra la AMIA causó 85 muertos y 300 heridos el 18 de julio de 1994, dos años después de que una bomba explotara frente a la embajada de Israel en Buenos Aires y ocasionara 29 víctimas mortales.
La investigación y la comunidad judía atribuyen a Irán y a la organización Hezbolá la planificación y ejecución de ambos atentados.
FISCAL INCÓMODO
El fiscal Nisman dedicó los últimos once años de su vida a investigar el atentado contra la mutual judía AMIA y la semana pasada denunció a la presidenta, Cristina Fernández, por el presunto encubrimiento de Irán en el ataque.
Nisman, de 51 años, adquirió experiencia como fiscal en los tribunales de la localidad bonaerense de Morón (unos 22 kilómetros al oeste de la capital) y participó entre 2001 y 2003 en el primer juicio de la causa por el ataque terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que causó la muerte de 85 personas en 1994 y redujo a escombros dicha sede.
Tanto la Justicia como la comunidad judía de Argentina responsabilizaron a Irán y a Hezbolá de ese atentado, en concreto al jefe del servicio exterior de ese grupo, Emad Mughniye.
Mughniye, que también figuraba entre los acusados por el ataque terrorista contra la embajada israelí en Buenos Aires en 1992 en el que murieron 29 personas, fue asesinado el 12 de febrero de 2008 en Damasco.
Profesor universitario de Derecho Penal y Procesal, Nisman se especializó como fiscal en terrorismo internacional, narcotráfico, lavado de dinero, fraudes al Estado, tráfico de armas y explosivos.
Pocos meses después de asumir el poder, el presidente Néstor Kirchner (2003-2007) le designó para investigar de forma exclusiva el atentado contra la AMIA, causa a la que se dedicó desde entonces.
En 2008, en el marco de la causa, solicitó la detención del ex presidente Carlos Menem y del exjuez de la causa Juan José Galeano por presuntamente “alterar, obstruir e intentar neutralizar la investigación del atentado”.
Su alejamiento del Gobierno comenzó al trascender a raíz del polémico Memorándum de Entendimiento entre Argentina e Irán para el esclarecimiento del atentado, que fue planeado a sus espaldas y firmado por autoridades de ambos países en enero de 2013.
Dos años después, Nisman no vaciló en denunciar penalmente a Fernández y al canciller, Héctor Timerman, por presuntamente “fabricar la inocencia” de los presuntos terroristas iraníes que perpetraron el ataque terrorista.
Consciente de la gravedad de su acusación, el fiscal contaba con una custodia policial de diez hombres y había denunciado en los últimos días haber recibido amenazas contra su persona.
Poco después de interponer la presentación judicial, Nisman compareció ante un grupo de periodistas visiblemente nervioso y afirmó que había advertido a su hija de que en los siguientes días iba a escuchar “cosas tremendas” sobre su persona.
El Gobierno argentino ofreció apoyo para esclarecer la muerte del fiscal.
El juez tiene todo el apoyo de parte de las fuerzas de seguridad para garantizar el esclarecimiento de este hecho doloroso”, dijo hoy el jefe de Gabinete del Gobierno argentino, Jorge Capitanich, en una breve comparecencia ante la prensa.
Capitanich confirmó que el cadáver de Nisman fue encontrado esta madrugada en el baño de su domicilio porteño junto a un arma de fuego de calibre 22 además de un casquillo de bala, sin adelantar una hipótesis sobre la causa de su muerte.
Me duele terriblemente que suceda esto”, dijo hoy el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, quien pidió que la muerte del fiscal especial de la causa por el atentado contra la AMIA no detenga la investigación.
El secretario confirmó que la presidenta “está informada de todo”, aunque no dio detalles sobre su reacción.
Él tuvo de nosotros todas las soluciones (para seguir con su trabajo). Yo he trabajado muchísimo para tratar de llegar a las conclusiones de este caso que nos concierne a todos los argentinos”, señaló.
Aníbal Fernández remarcó que un nuevo fiscal “va a tener todos los elementos en la mano para continuar con la investigación”.- (Agencias)