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México (20 de diciembre).-
Las infecciones vaginales son comunes y fáciles de controlar, pero no deben subestimarse, pues, si no son tratadas adecuadamente, las consecuencias pueden ser graves a largo plazo, advierten ginecobstetras.
“Tener flujo vaginal no es normal”, destaca Jesús Carlos Briones, jefe de Ginecobstetricia del Hospital General de México.
“La vagina permanece húmeda todo el tiempo, pero eso no significa que haya un escurrimiento o manchado de la ropa interior”.
Es verdad que algunas mujeres pueden presentar una secreción vaginal escasa, trasparente y sin olor, sobre todo a la mitad del ciclo menstrual (en los días de ovulación); pero si el flujo mancha la ropa interior, significa que algún germen se ha alojado en la vagina.
“Cuando hay una infección causada por bacterias, el flujo es verdoso o amarillento y generalmente tiene mal olor. Cuando es por hongos es blanco con grumos y provoca mucha comezón, dentro y alrededor de la vagina, en los labios.
“También hay infecciones por virus como el herpes que además de flujo provocan dolor y ardor, sobre todo al tener relaciones sexuales, además la zona se enrojece y se forman úlceras”, describe.
El especialista calcula que la mitad de las mujeres recurren a remedios caseros o productos de libre venta en farmacias antes de ir a consulta.
“No acuden al médico tempranamente, antes usan remedios que le da la hermana o la vecina, se hacen duchas vaginales con vinagre o bicarbonato, o con diversos fármacos, y entonces, lejos de mejorar, empeoran”, advierte.
Cuauhtémoc Celis, presidente del Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia, agrega que los geles o jabones antibacteriales para la zona vaginal tampoco son recomendables.
“En la vagina hay bacilos que mantienen un ambiente ácido para evitar que los patógenos se reproduzcan. El problema con las duchas vaginales que anuncian en la televisión es que barren con esta flora y favorecen un ambiente propicio para que los gérmenes se reproduzcan”, explica.
Y aunque los óvulos vaginales de libre venta pueden limitar la infección, si no hay una valoración médica que determine el germen causante de la enfermedad y el tratamiento, lo más probable es que las infecciones se vuelvan recurrentes.
Entre las consecuencias de las infecciones vaginales mal tratadas, Briones menciona molestias como ardor y dolor al momento del coito, y el riesgo de que la infección se extienda a la vía urinaria.
Además, a la larga, las infecciones crónicas o recurrentes pueden provocar padecimientos graves como la enfermedad pélvica inflamatoria, que ocurre cuando las bacterias que provocan la infección vaginal llegan hasta el útero, las trompas de falopio o los ovarios. FACTORES DE RIESGO · Relaciones sin protección
· Múltiples parejas sexuales
· Coito anal y oral
· Uso prolongado de DIU (más de 2 años)
· Hábitos higiénicos deficientes (la vagina debe lavarse con agua y jabón sólo por fuera)
· Diabetes
· Uso de duchas vaginales