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Los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (LGBT) continúan dividiendo a los estados miembros de la ONU, pero los grupos LGBT celebran una victoria menor en la Asamblea General. El martes pasado, esta incluyó el término identidad de género junto al de orientación sexual por primera vez en una de sus resoluciones.
En 2004, los derechos LGBT se afianzaron normativamente en la Asamblea General mediante una resolución bianual sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias y arbitrarias con la introducción del término orientación sexual como uno de los motivos de ejecución extrajudicial que se condena junto con aquellos por cuestiones raciales, étnicas y religiosas. Ahora, la identidad de género ha sido añadida a la lista.
La resolución fue aprobada por 108 votos a favor, 1 en contra y 65 abstenciones, en una reunión caracterizada por una inusual muestra de animosidad entre los estados miembros de la ONU. Las delegaciones que hablaban fuera de turno y la confusión acerca de los protocolos de votación trastornaron el proceder habitualmente ordenado de las Naciones Unidas.
La Organización para la Cooperación Islámica intentó eliminar los nuevos términos de la resolución mediante una enmienda introducida por los Emiratos Árabes Unidos. Pero sólo consiguieron 44 votos de apoyo, cifra inferior al total de miembros de la organización internacional constituida por 57 estados de Asia y África.
Los países africanos que apoyaron la supresión del término presente en la resolución de 2010 se abstuvieron este año. Los miembros del grupo africano solicitaron tiempo, mientras correteaban por la sala de reuniones sin poder lograr el acuerdo dentro del grupo para eliminar la expresión.
La frustración se llevó lo mejor de algunos delegados. En un determinado momento, una representante de Suecia que patrocina la resolución desde 2004 comenzó a golpetear violentamente el micrófono para interrumpir la intervención del delegado egipcio. Este último había planteado una pregunta relativa al procedimiento sobre si debía permitirse a la delegación sueca efectuar otra declaración en ese momento.
Las delegaciones que respaldaban la nueva expresión insistían en que la resolución solo tenía que ver con el «derecho a la vida» de todos, y que era necesario incluir la orientación sexual y la identidad de género porque se trataba de un grupo particularmente vulnerable.
Las delegaciones opositoras condenaron enérgicamente las ejecuciones extrajudiciales, pero se opusioeron a los términos por temor a que su introducción debilitara la aplicación universal de las leyes de derechos humanos y reconociera los derechos LGBT de manera más general.
La delegación egipcia fue la más contundente al oponerse. En su intervención calificó esta nueva introducción como un intento de imponer conceptos indefinidos o nociones que jamás fueron definidos en el derecho internacional o en documentos internacionales, y se rechazó el término por ser inexigible, ya que se basa en las preferencias personales subjetivas .
Estados Unidos también se abstuvo de votar la resolución pero solo a causa de un párrafo que parecía relacionar a la pena capital con la ejecución extrajudicial. Hacia el final de la jornada la embajadora Susan Rice, al aparecer, intentó aplacar a las agrupaciones LGBT tuiteando: No permitiremos que hagan retroceder los importantes progresos que la #ONU ha realizado sobre los #asuntos LGBT en los últimos cuatro años.
Aunque los términos orientación sexual e identidad de género encontraron un lugar en esta resolución sobre ejecuciones extrajudiciales (práctica condenada universalmente por los estados miembros de la ONU), el apoyo a una resolución permanente sobre derechos LGBT continúa siendo un reto en la Asamblea General de la ONU. La delegación estadounidense prometió una resolución de esas características en 2010, pero todavía no ha podido conseguir suficiente apoyo entre los estados miembros de las Naciones Unidas.