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Por Pablo Luna
ROMA, 29 de marzo.- Miles de personas acudieron al Coliseo de Roma para ver al Papa Francisco en el primer Viernes Santo de su pontificado marcado por la tradicional procesión del Vía Crucis alrededor del antiguo anfiteatro.
Francisco, que fue electo el 13 de marzo, se sentó bajo un toldo rojo mientras que los fieles provenientes de diversas partes del mundo se alternaban llevando una cruz de madera en el día que los católicos conmemoran la muerte de Jesús.
"En ocasiones puede parecer que Dios no reacciona al mal, como que estuviera en silencio", dijo el Papa, hablando lentamente en italiano.
"Y sin embargo, Dios ha hablado, ha respondido, y su respuesta está en la Cruz de Cristo: una palabra que es amor, compasión, perdón", dijo.
Las meditaciones que acompañaron a las catorce estaciones del Vía Crucis, que discurrió por el Coliseo y la colina del Palatino de Roma, fueron escritas bajo la dirección del cardenal Becharas Boutros Rai, patriarca de la Iglesia Maronita, por jóvenes libaneses, tal como solicitó Benedicto XVI tras el viaje que realizó al Líbano el pasado año. (Más fotos abajo)(lapresse)
"Los cristianos deben responder al mal con el bien", dijo, instándoles a tener cuidado del "mal que continúa trabajando en nosotros y alrededor nuestro", agregó.
Las meditaciones para las 14 "estaciones de la cruz", que conmemoran los eventos de las últimas horas de la vida de Jesús - desde que Poncio Pilato lo condenó hasta su entierro en una tumba en la roca - fueron escritas por gente joven del Líbano.
La cruz de Madera era pasada de uno a otro - incluyendo una persona en una silla de ruedas. Aquellos que las transportaban vinieron desde Italia, India, China, Nigeria, Siria, Líbano y Brasil.
Varias de las meditaciones, leídas por actores, se referían a los conflictos en Oriente Medio y al sufrimiento de su gente.
Una meditación llamaba a Oriente Medio "una tierra lacerada por la injusticia y violencia".
Francisco elogió a los cristianos libaneses y musulmanes que trataron de vivir juntos y que, dijo, al hacerlo, daban una señal de esperanza al mundo.
Se leyeron oraciones para los niños explotados y abusados, refugiados, para las personas sin hogar y las víctimas de la intolerancia religiosa, la guerra, violencia, terrorismo, pobreza, injusticia y la adicción a las drogas.
También hubo oraciones contra el aborto y la eutanasia.
Viernes Santo es el segundo de cuatro días agitados previos al Domingo de Pascua, el día más importante en el calendario litúrgico católico.
El Jueves Santo, dos jóvenes mujeres estaban entre las 12 personas cuyos pies lavó y besó el Papa en una tradicional ceremonia en una prisión en Roma, la primera vez que un pontífice ha incluido mujeres en el rito.
Después de celebrar el servicio de vísperas de Pascuas, el domingo dará su mensaje "Urbi et Orbi" (a la Ciudad y el Mundo) en la Plaza de San Pedro. (Reuters / La Gaceta/InfoCatólica)
En la estación en que Jesús es condenado a muerte, los jóvenes denunciaron que en el mundo actual muchos son los «pilatos» que tienen en las manos los resortes del poder y los usan «al servicio de los más fuertes» y muchos los que, «débiles y viles ante estas corrientes de poder, ponen su autoridad al servicio de la injusticia y pisotean la dignidad del hombre y su derecho a la vida».(ap)
«No permitas que los fuertes se complazcan en el mal, en la injusticia y en el despotismo. No permitas que la injusticia lleve a los inocentes a la desesperación y a la muerte. Ilumina la conciencia de aquellos que tienen autoridad en este mundo, de modo que gobiernen con justicia», han escrito.(agf)
También denuncian que en todas las épocas el hombre ha creído poder sustituir a Dios y se ha sentido omnipotente, capaz de excluir a Dios de su propia vida y de la de sus semejantes, en nombre de la razón, el poder o el dinero.(agf)
También hoy «se pretende expulsar a Dios de la vida del mundo» y ponen como ejemplo «el laicismo ciego que sofoca los valores de la fe y de la moral en nombre de una presunta defensa del hombre; o el fundamentalismo violento que toma como pretexto la defensa de los valores religiosos».(ap)
Los jóvenes libaneses pidieron a Dios por los pueblos «humillados y que sufren», especialmente los de Oriente Medio, y en esa línea exigen libertad religiosa e imploraron la unidad de los cristianos para anunciar juntos el Evangelio.(lapresse)
En una región donde los cristianos son una exigua minoría, frente al Islam mayoritario, imploraron al Señor en el texto que les dé fuerza para permanecer en sus países, a pesar, incluso, de las persecuciones que sufren.(ansa)
Los jóvenes también analizan el terrorismo, el homicidio y el odio y señalan que «parece como si nada pudiera suprimir el mal en el mundo».(lapresse)
«Oremos por las víctimas de las guerras y la violencia que devastan en nuestro tiempo varios países de Oriente Medio, así como otras partes del mundo. Oremos para que los refugiados y los emigrantes forzosos puedan volver lo antes posible a sus casas y sus tierras», pidieron.(ansa)
En esa línea, abogaron por un Oriente Medio más fraterno, pacífico y justo, que recupere el esplendor de su vocación de ser «cuna de la civilización y de los valores espirituales y humanos». En las meditaciones piden que se proteja a las familias y se dignifique a los que sufren.(ansa)
«Señor, Tú nos enseñas que una persona herida y olvidada no pierde ni su valor ni su dignidad. Ayúdanos a lavar de su rostro las marcas de la pobreza y la injusticia, de modo que tu imagen se revele y resplandezca en ella», imploraron.
También tiene palabras de consuelo para las mujeres heridas en su dignidad, «violentadas por las discriminaciones, la injusticia y el sufrimiento y piden a Cristo que sea el bálsamo de sus heridas.
Los jóvenes no olvidaron a los muchachos que son víctimas de la droga, las sectas y las perversiones y pidieron, asimismo, «a los que promueven el aborto, que tomen conciencia de que el amor sólo puede ser fuente de vida».(reuters)
Todos los años el Papa encarga las meditaciones del Vía Crucis a personalidades de la Iglesia católica e, incluso, de otras religiones, entre ellos el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I.(lapresse)
Como es tradición, varias familias, religiosos y jóvenes portan la cruz durante el rito, que fue instaurado en 1741. En 1964 Pablo VI fue al Coliseo para presidirlo y, desde entonces, todos los años acude el pontífice.(afp)