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Por Lola García Prado
LOS ÁNGELES, 29 de marzo.- La lista de hijos 'insurrectos' o políticamente incorrectos de presidentes conservadores en Estados Unidos cuenta con miembros ilustres. A Dick Cheney, por ejemplo, le salió una hija lesbiana proclive al matrimonio entre personas del mismo sexo y con derecho a adoptar niños. Tiene dos, de hecho.
Ahora, Patti Davis, considerada como la "oveja negra" del clan Reagan, ha publicado una novela en la que se mete en la piel de una lesbiana, aclarando, eso sí, que no está tratando de enviar ningún tipo de mensaje implícito. Se trata de un argumento romántico bajo el título de 'Till Human Voices Wake Us', un libro electrónico que se puede descargar en internet por la módica cifra de 2.99 dólares.
El libro más conocido de Patti es 'The Long Goodbye', sobre la batalla de su padre contra la enfermedad de Alzheimer.
El argumento inmediatamente llamó la atención de los expertos en su trayectoria, sabedores de que sus anteriores trabajos habían versado sobre su vida personal. Davis se apresuró a aclarar el asunto para evitar una cascada de comentarios morbosos. "Ella no soy yo", dijo respecto al personaje principal de la obra. "Nada de esto es autobiográfico", apuntó.
Es, sencillamente, la historia de una mujer golpeada por la muerte de su hijo y que se enamora de su cuñada, una novela que la hija de Ronald y Nancy Reagan trabajó durante años hasta conseguir que viera la luz.
Otros, sin embargo, lo verán como una provocación más en su largo historial de enfrentamiento con las ideas políticas de su difunto padre, fallecido en junio de 2004. Muchos capítulos se han escrito a ese respecto sobre una mujer abiertamente a favor del derecho de las mujeres a elegir en el espinoso tema del aborto, de acuerdo con el matrimonio gay y en contra de las armas nucleares, puntos de vista que no tuvo problema en manifestar con su padre ya en el sillón presidencial de la Casa Blanca.
El título de esta novela de Patti es la última línea de 'The Love Song of J. Alfred Prufrock', de T.S. Eliot, y ha sido usado en una novela de ciencia ficción y una película australiana.
Además, estuvo muy enganchada con las drogas durante años y en 1994 decidió aceptar una oferta de Playboy para posar desnuda, cuestiones que el partido conservador recibió como sendas puñaladas.
Aún así, confesó en una entrevista que los años la han hecho cambiar y que con 60 cumplidos ve las cosas de una forma un tanto distinta. No se ha vuelto conservadora ni mucho menos, pero sí que hubiera querido rebajar la tensión ideológica con su padre, recordando sus años de juventud y rebeldía. "Décadas después miraba a mi padre a los ojos tratando de alcanzarle a través de la opacidad del alzhéimer con mis palabras, con mi disculpa, confiando en que en su corazón me escuchara y entendiera". (El Mundo)