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¿Por qué debemos sufrir los procesos de administración en los negocios? Es que la pregunta debe partir de más atrás: ¿por qué tenemos que involucrarnos en negocios? Claro, no es algo que todos tienen que hacer, sino solo los que creen que pueden hacdrla en el sistema que tiene como centro de su existencia el Modelo del Dinero.
Teníamos que usar un nombre para referirnos a la forma de funcionar que damos por sentada —como si fuera algo inamovible en nuestras vidas— y escogimos El Modelo del Dinero, porque define correctamente aquello a que intentamos referirnos.
“El dinero es absolutamente necesario; no se puede vivir sin él”. Así va la afirmación que uno tiene que cuestionar de inmediato, ¿Quién no puede vivir sin dinero? Obvio, nadie dentro de este modelo. El modelo implica que todos los que en él estamos debemos garantizar que estamos siendo capaces de recibir pago por el uso de nuestro tiempo. Es decir, tú eres responsable de que lo que haces con tu tiempo, te reditúe.
Pero eso es un albur. Puede ser que sí funcione y puede ser que no. Es decir, el Modelo del Dinero establece en forma súper clara que el individuo debe tener siempre para pagar lo que sea que necesite.
Es seguro que todo el que está vivo va a tener necesidades. No es seguro (y es seguro que no es seguro) que todo el que vive encontrará manera de recibir el dinero para comprar lo que sea que necesite —en forma real o sentida.
De los negocios se administran los recursos. El dinero es el recurso que sirve para hacerse de otros recursos. El final de todos esos recursos es combinarlos y ofrecerlos al exterior para que cuando sean adquiridos, paguen de nuevo dinero, pero más dinero del que se pagó en todo el proceso para llevarlo a la mano de quien finalmente lo adquiere.
Administrar es contabilizar o hacer las cosas de tal manera que todo esté intrínsecamente contabilizado cuando sucede. De lo contrario, las cosas se complican conforme son más los registros que se dejaron de hacer.
Lo más práctico hoy es planificar las cosas de tal forma que todo lo que se haga suceda de tal manera que quede registrado dentro de un sistema que nos permitirá, en cualquier momento, conocer los detalles de lo que hemos movido, transformado, producido, comprado y vendido.
Este sistema es lo que nos permitirá tener siempre un termómetro del funcionamiento de la empresa indicándonos la verdadera temperatura de lo que estamos administrando. Si se calienta demasiado, puede reventar; si se enfría demasiado, puede congelarse. Entonces, ¿qué hacer?
Para ello existe la administración: es el proceso que nos permitirá, en forma sistemática, siempre tener ante nosotros los totales finales de los recursos involucrados.