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PEKIN, China, 14 de diciembre.- China consiguió hoy el primer aterrizaje en la Luna después de 37 años, con lo que abre un nuevo capítulo en la investigación del satélite terrestre, enfocado sobre todo hacia el futuro y a las perspectivas de encontrar allí materias primas.
Para China, la llegada de la sonda Chang E3 a la Luna es un hito en su breve historia espacial. Los responsables del seguimiento de la misión se abrazaron entre júbilo cuando se confirmó que el aparato se había posado con éxito a las 13:11 horas GMT en la Bahía de los Arcoiris, uno de los lugares más bellos del satélite.
La televisión estatal habló de "un gran alivio", y rápidamente se inició el debate acerca de cuándo conseguirá China seguir los pasos del estadounidense Neil Armstrong, es decir, enviar a un astronauta a la Luna.
Después de Estados Unidos y de la ex Unión Soviética, China se convirtió en el tercer país del mundo que consigue hacer bajar una nave en el satélite terrestre. La llegada del primer hombre a la Luna se produjo el 20 de julio de 1969 y en el marco del programa Apolo un total de 12 estadounidenses pisaron su superficie hasta 1972.
El último alunizaje hasta hoy lo protagonizó la sonda soviética Luna 24 en el año 1976.
A bordo de la sonda china iba un vehículo robot, llamado Liebre de Jade (Yutu), que tardará un día en desacoplarse y luego comenzará a recorrer la superficie.
El alunizaje duró once minutos y se produjo sin levantar mucho polvo, informó la televisión estatal. Instantes después se desplegaron los paneles solares para suministrar electricidad al vehículo terrestre.
Ocho minutos después del alunizaje, Chang E3 envió ya las primeras fotos del satélite.
Yutu, de 140 kilos y con seis ruedas, se posicionará a unos diez metros de Chang E3 y desde ahí será el primero en tomar una foto de la sonda. La Agencia Espacial Europea (ESA) apoya la operación con comunicaciones y la fijación de posiciones.
El Presidente de China, Xi Jinping, visitará mañana el centro de control espacial de Pekín para estar presente durante la publicación de las imágenes y poder anunciar el éxito de la misión.
"Si siguen los éxitos es probable que China combine sus programas con vuelos tripulados a la Luna. Sería, después de Estados Unidos, la segunda nación del mundo en conseguirlo", señaló a DPA la experta Joan Johnson-Freese, del US Naval College.
"China mira a la Luna por los mismos motivos que Estados Unidos hace más de 40 años, entre ellos los efectos colaterales tecnológicos y económicos y los usos militares de tecnologías que sirven a la vez para fines civiles y militares", señaló.
También el profesor chino Jiao Weixin, de la Universidad de Pekín, cree que es posible que haya vuelos tripulados. "Si todos los pasos se hacen con éxito, se podrán sentar las bases para mandar a personas a la Luna". Pese a ello, aún no hay ninguna decisión de hacerlo, ni un plan. "Un país tan grande como el nuestro tiene que ocuparse del bienestar de 1.400 millones de personas", destaca Jiao.
El experto australiando Morris Jones estima que el viaje de un astronauta chino a la Luna "no será posible antes de 2025". Los viajes espaciales son menos complicados hoy a nivel tecnológico, pero siguen siendo un desafío enorme, indicó Dean Cheng, del think tank Heritage Foundation. "Es como aprender a caminar. Generaciones de seres humanos han aprendido a andar durante siglos. Pero eso no hace más fáciles los primeros pasos de su hijo o su hija".
China piensa a muy largo plazo y tiene interés en las materias primas de la Luna, sobre todo en el Helio-3, un isótopo no radiactivo que se cree podría servir de combustible para las centrales de fusión nuclear del futuro. De avanzar las investigaciones, estas centrales, que producirían energía como hace el Sol, podrían cubrir las necesidades de la Tierra sin contaminar.
Se estima que en 30 años quizás sea posible construir el primer reactor de fusión comercial, pero en la Tierra sólo hay unas 15 toneladas de Helio-3. El ex asesor del programa chino a la Luna, Ouyang Ziyuan, calcula que en el satélite hay hasta cinco millones de toneladas, suficiente para cubrir las necesidades de nuestro planeta durante miles de años.
"Pero es muy difícil de extraer", señala el profesor Jiao Weixin. "Está bajo la superficie de la Luna, hay que excavar profundo y calentar la tierra lunar a varios cientos de grados para que se libere el gas". Tampoco es pensable un transporte hasta la Tierra, al menos no en las próximas décadas. (DPA)