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México (10 de abril).- El estado de Texas ejecutó ayer al ciudadano mexicano Ramiro Hernández, sentenciado por asesinar a un hombre y violar reiteradas veces a su mujer.
Hernández, de 44 años, recibió una inyección letal a las 23:00 GMT en la cámara de ejecuciones de Huntsville. El mexicano fue el sexto convicto ejecutado en Texas, y el decimosexto en Estados Unidos, en lo que va del año.
El Gobierno mexicano ha intentado detener otras ejecuciones de sus ciudadanos en ese estado estadounidense, con el argumento de que Texas no cumple con las obligaciones internacionales en lo que respecta al tratado de ciudadanos extranjeros apresados.
También ha pedido frenar la ejecución de Hernández.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de México ha agotado todos los recursos para detener la ejecución, dijo Euclides del Moral, vicedirector general del área de Protección de los Mexicanos en el Exterior.
Texas suele proceder con las ejecuciones a pesar de las protestas diplomáticas.
Hernández, un trabajador contratado, fue sentenciado por matar a su empleador Glen Lich a golpes con una barra de metal en octubre de 1997 en el condado de Bandera, en el sur de Texas.
“Luego saqueó la residencia de Lich y abusó sexualmente reiteradamente de la mujer de Lich a punta de cuchillo” , indicó la oficina de la Fiscalía General de Texas en un comunicado.
Una corte federal había garantizado a Hernández un freno temporal de la ejecución, argumentando que el estado tenía que brindar información sobre el proveedor del fármaco para la inyección letal.
Ese freno fue revertido por un tribunal de apelaciones estadounidense esta semana, que indicó que no había evidencia suficiente de que los actuales procedimientos en Texas violasen las protecciones brindadas por la Constitución de Estados Unidos.- (RedPolítica)