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México (9 de diciembre).- Un día, Marisa recibió un mensaje de correo electrónico. Lo abrió y dio clic a una liga que la redireccionó a una página de internet que tenía los mismos enlaces de la dirección donde normalmente consultaba sus movimientos bancarios. Ingresó y la información le resultó familiar, por lo que confió. Minutos después la llamaron supuestamente de un banco para pedirle que validara su cuenta, pero ella pidió le marcaran más tarde mientras indagaba si la solicitud era real. Le respondieron que sí, y cuando volvieron a llamarla facilitó los datos solicitados.
Horas después volvieron a contactarla para pedirle lo mismo, y al día siguiente también, bajo el argumento de que extraños quisieron ingresar a su cuenta. Una mañana Marisa quiso realizar un pago y le dijeron que su tarjeta de débito no “pasaba”. En ese momento se percató de que faltaban 20 mil 100 pesos en su cuenta.
Marisa fue víctima de un fraude cibernético, delito que ha aumentado en Jalisco en el último año, presumen autoridades y expertos, a causa del mayor flujo de transacciones electrónicas que ha llamado la atención de los criminales.
Hasta octubre pasado, las averiguaciones previas generadas en la Fiscalía General del Estado prácticamente se duplicaron, con relación a los mismos periodos de 2012 y 2013. Según datos oficiales, fueron iniciadas 198 por fraude en la modalidad cibernética en 2014, contra 98 registradas en el mismo periodo de 2013, y 107 en 2012.
Entre los fraudes más comunes registrados por las autoridades están los llamados phishing o fishing, generados a través de mensajes de correo electrónico que simulan ser comunicaciones oficiales de alguna institución, como bancos o portales de compras, pero que se trata de una página falsa que solicita datos del tarjetahabiente para robar información clave. Esta treta puede estar acompañada de llamadas telefónicas.
Otros fraudes tienen origen en portales de subastas con ofertas falsas en los que los compradores, con el fin de ahorrar un porcentaje del costo —que es el cobro de la página por el servicio— pagan directo al supuesto vendedor. El cliente hace el depósito, pero la mercancía no llega. Y como la operación se registró fuera del sitio web real, no se puede reclamar. Son comunes, también, las ventas en línea fraudulentas de tiempos compartidos o paquetes vacacionales.
Fausto Estrella, coordinador de la Unidad para la Atención de Delitos Cibernéticos de la Fiscalía, instó a la ciudadanía a ser más cautelosa para evitar ser víctima, como sucedió con Marisa: “El mejor antivirus que nosotros tenemos es el sentido común. El hecho de que esté publicado en internet no significa que sea cierto”.- (Agencias)