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KABUL, Afganistán, 4 de septiembre. — Al menos 20 personas murieron en un atentado suicida cometido este martes durante unos funerales al este de Afganistán, cerca de la frontera con Pakistán, según un balance del Ministerio del Interior afgano.
Además, unas 50 personas resultaron heridas en el ataque, algunas de ellas de gravedad, informó la oficina de prensa del ministerio. El objetivo del ataque era el gobernador del distrito de Dur Baba, en la provincia de Nangarhar, indicó Sediq Sediqi, portavoz del ministerio.
Un herido en el atentado llega a un hospital de Jalalabad (AFP)
Según Abdulá Stanikzai, el jefe de la policía de Nangarhar, "un hombre se hizo estallar durante un entierro en el distrito de Dur Baba". Stanikzai añadió que el gobernador atacado, Hamisha Gul, forma parte de los heridos, así como dos guardaespaldas. Estas informaciones fueron confirmadas por Ahmad Zia Abdulzai, portavoz de la provincia, que da un balance de 25 muertos, entre ellos el hijo de Gul. "El gobernador de Nangarhar condena fuertemente este acto cobarde de terroristas", agregó.
"Oí una gran explosión y vi humo por todas partes. Luego vi pedazos de carne y gente a mi alrededor cubierta de sangre. No sé lo que pasó, pero eso causó muchas víctimas", contó un testigo, herido en el atentado y que no quiso dar su nombre.
Por el momento, la AFP no ha podido contactar con ningún representante de los talibanes, expulsados a fines de 2001 del poder por una coalición extranjera y que encabezan desde entontes la insurrección en Afganistán.
Pese a la presencia de 130,000 soldados de la coalición de la Alianza Atlántica, en apoyo a los 352,000 militares y policías afganos, el gobierno de Afganistán y sus aliados de la Fuerza Internacional de la OTAN en Afganistán (ISAF) no lograron vencer a la insurrección. La violencia es particularmente elevada en el sur y el este del país. Los atentados suicidas son, junto con las minas artesanales, las principales armas de los rebeldes.
El ataque de Dur Baba es el más sangriento desde el 14 de agosto en Zaranj, capital de la provincia de Nimroz (suroeste), en la que tres kamikazes detonaron su carga en un mercado, matando a 30 personas. El mismo día, 50 afganos murieron en ataques realizados en todo el país.(AP)
Aunque la gran mayoría de las tropas extranjeras saldrán de Afganistán a fines de 2014, siguen siendo, junto con el ejército y la policía afganos, el objetivo de los rebeldes. Pero los civiles pagan el tributo más alto del conflicto. En 2011, más de 3000 murieron en actos de violencia, según la ONU, o sea el peor balance desde 2001. Según la Unama, la misión de Naciones Unidas en Afganistán, más de 13,000 civiles afganos han muerto a causa de la guerra desde 2007. (AFP)