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Asia es la historia nunca contada de lo que les pasa a los países cuando se creen la idea de que las personas son el problema y el aborto, la solución. Susan Yoshihara informa sobre una abrumadora conferencia en la que investigadores describen las consecuencias devastadoras de las políticas antihumanas y ciegamente, exigen más. Pero algunos de los ciegos ahora ven.
Demógrafos asiáticos destacados, expertos en población y personal de la ONU se reunieron en Bangkok esta semana para abordar la crisis de envejecimiento de la región. A pesar de la gravedad del problema de la baja fertilidad, uno de cada cuatro trabajos presentados tuvo por tema el aborto, la anticoncepción y la salud sexual y reproductiva.
Debido a una fertilidad extremadamente baja y sostenida, Asia es sede de la región más avejentada del mundo, con los ritmos más acelerados de envejecimiento y los mayores índices de desequilibrio entre los sexos a causa del aborto selectivo de niñas que da lugar a que falten unas cien millones de mujeres en ese continente. Las mesas redondas incluyeron preguntas como cuán baja puede llegar a ser la fertilidad asiática, cómo mejorar la calidad de los datos y su accesibilidad, los efectos de la migración y de la urbanización y la mano de obra y el empleo.
No obstante, la salud sexual y reproductiva dio cuenta de veintidós trabajos (casi un cuarto) y ponderó temas como los factores determinantes en la elección de anticonceptivos, comportamientos riesgosos en la salud reproductiva, perspectivas de la salud sexual y los derechos reproductivos de las mujeres y su empoderamiento. La mitad de las ponencias abordó la pobreza y cuatro de ellas reflexionaron sobre la salud infantil.
El trabajo de una científica de la corporación RAND y de sus colaboradores reveló que allí donde el gobierno promocionó la anticoncepción, el aborto aumentó significativamente. En Matlab, Bangladesh, que fue blanco de un famoso experimento para considerar si las costumbres tradicionales podían revocarse a fin de provocar el uso generalizado de anticonceptivos, se detectó que el aborto ascendió del 38 al 78,6 por ciento en una de las áreas analizadas y del 31,6 al 81,4 por ciento en otra, entre 1989 y 2008.
Shveta Kalyanwala y Rajib Acharya, del Consejo de Población, defendieron el uso cada vez mayor del aborto farmacológico por personal no médico venciendo la resistencia de los médicos: El aborto con mifepristona y misoprostol, alternativa segura, efectiva, aceptable y no invasiva para la interrupción temprana del embarazo, es muy prometedor para incrementar el acceso al aborto seguro en países como India, donde el aborto es legal desde hace cuarenta años, pero donde la mayoría de los abortos inducidos son realizados en entornos no certificados o por proveedores no certificados. Se necesitan iniciativas que se centren en cambiar las actitudes de los médicos certificados, concluyeron.
Deepti Singh, Srinivas Goli y Sulabha Parasuraman, del International Institute for Population Sciences de Mumbai, dijeron que sus hallazgos más que confirman la hipótesis de que el aborto inducido reiterado se da más entre mujeres con una mayor preferencia por los hijos varones y con mejor nivel socioeconómico y que los abortos inducidos reiterados son considerablemente más frecuentes entre las mujeres más jóvenes, de mejor nivel socioeconómico y con mayor preferencia por los hijos varones. El riesgo de repetición del aborto es más de tres veces superior entre las mujeres con formación académica que entre aquellas sin instrucción.
Sushanta Banerjee, de la agrupación abortista Ipas, llevó a cabo una campaña para instruir a las mujeres sobre el aborto mediante la mejora del conocimiento y de las percepciones sobre el aborto entre mujeres de la zona rural de Bihar y Jharkhand a través de letreros y teatro callejero. Ipas logró hacer que las mujeres fueran más concientes de que el aborto era legal, pero tuvo más dificultad en generar actitudes positivas hacia la práctica. Banerjee llegó a la conclusión de que esto puede indicar que se necesita un período de intervención más prolongado para modificar las normas a nivel comunitario.
El dr. Babatunde Osotimehin, Director Ejecutivo del Fondo de Población de la ONU, dijo a los presentes en la conferencia: Los pobres, los campesinos, las minorías étnicas y los jóvenes se encuentran especialmente desfavorecidos en cuanto al acceso a los servicios de salud reproductiva y señaló la considerable necesidad insatisfecha de anticoncepción, concepto que los especialistas en desarrollo desacreditaron recientemente por estar mal definido y por tratarse de un indicador deficiente de la inversión para el desarrollo.
Esta conferencia fue la segunda reunión anual de la Asociación Asiática de Población.