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BOGOTÁ, Colombia, 4 de septiembre.- El presidente colombiano Juan Manuel Santos anunció el martes que su gobierno y la guerrilla de las FARC firmaron un acuerdo marco para buscar poner fin al conflicto interno, mientras que desde Cuba los rebeldes se mostraron esperanzados en que esta vez las negociaciones lleguen a buen término.
"Este acuerdo no es ya la paz, ni se trata de un acuerdo final... es una hoja de ruta" para llegar a un acuerdo definitivo, dijo Santos en una alocución al país desde la casa de gobierno en la que indicó que los diálogos se llevarán a cabo fuera de Colombia: en Oslo, Noruega, en la primera quincena de octubre y luego en La Habana, Cuba.
A diferencia del pasado proceso de negociación, Santos dijo que no creará zonas de despeje ni retirará a la fuerza pública de ningún lugar del país y que se negociará en medio del conflicto armado con plazos específicos para verificar el cumplimiento de acuerdos. "Si no hay avances, sencillamente no seguimos" en las negociaciones, sostuvo. Se abstuvo de mencionar cuáles serán esos mecanismos de verificación.
Composición con las imágenes del presidente Santos y Timochenko. Enlace a vídeo de las FARC.
Los contactos entre la guerrilla y el gobierno comenzaron un año y medio atrás y Santos dijo que durante los últimos seis meses hubo discusiones en La Habana para suscribir un acuerdo marco que contiene cinco puntos: 1) el desarrollo rural con equidad; 2) las garantías para el ejercicio de la oposición política sin temor a la violencia; 3) el abandono de las armas y la integración de las FARC a la vida civil; 4) el cese del narcotráfico como actividad principal de financiación y 5) la reparación de las víctimas y el reintegro de las tierras a los campesinos.
Santos no mencionó al Ejército de Liberación Nacional (ELN) como parte de las negociaciones ni quiénes serán los negociadores del gobierno.
Poco después en La Habana, miembros de las FARC difundieron un vídeo en el que el comandante rebelde Rodrigo Londoño Echeverry, alias "Timochenko", confirmó el alcance de las conversaciones.
"Nuestros delegados suscribieron el día 27 de agosto del presente año el denominado acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera", dijo.
Ya hay agenda y condiciones. Las negociaciones arrancarán en octubre en Oslo.
Tanto Santos como "Timochenko" agradecieron las gestiones de Cuba y Noruega, que actuarán como anfitriones y garantes de los diálogos, mientras Chile y Venezuela serán acompañantes. Ninguno dio mayores precisiones de cada rol.
Cuba prestó en otras ocasiones su territorio para encuentros entre partes en conflicto como ocurrió con varias rondas de negociaciones con el ELN realizadas en la pasada década. El gobierno de la isla, sin embargo, rechaza hacer comentarios bajo el argumento de no perjudicar las negociaciones.
Las FARC cuentan con 9000 miembros y el ELN con otros 3000. El conflicto interno en Colombia ha dejado miles de víctimas fatales desde que comenzó hace casi 50 años.
"Ha vuelto a abrirse la puerta de la esperanza", dijo el líder de la organización rebelde, quien reconoció que las FARC llegaron al acuerdo con el gobierno de Santos asediados desde diversos frentes.
"Los alzados llegamos a este nuevo intento de conciliación asediados no sólo por el mismo embate militar desatado una década atrás, sino compelidos abiertamente mediante su acrecentamiento a recoger nuestras aspiraciones políticas y sociales a cambio de una miserable rendición y entrega", dijo "Timochenko".
El jefe rebelde recordó las fallidas conversaciones con el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) pero indicó que "guardamos la sincera aspiración de que el régimen no intenta repetir la misma trama del pasado".
Según la versión de "Timochenko", esos diálogos fueron una trampa para la guerrilla que le permitió al gobierno ganar tiempo para armarse y atacarlos.
Santos indicó que mientras se desarrollen los diálogos "el gobierno no hará concesiones de ningún tipo en el terreno militar".
"Las operaciones militares... continuarán con la misma o con mayor intensidad", añadió el mandatario, quien estuvo acompañado de todo su gabinete y del alto mando militar y policial.
"Timochenko" llamó al pueblo colombiano a involucrarse en el proceso de paz.
"Para nosotros es perfectamente claro que la llave de la paz no reposa en el bolsillo del presidente de la República. Tampoco en el del comandante de las FARC-EP. El verdadero y único depositario de tal llave es el pueblo de este país", dijo el comandante guerrillero.
Aunque el anuncio fue recibido con beneplácito por la mayoría de los analistas y la sociedad colombiana en general, algunos advirtieron las dificultades de negociar en medio de las hostilidades.
Carlos Lozano, director del semanario Voz del Partido Comunista colombiano y activista y la ex senadora Piedad Córdoba, a quien las FARC han entregado más de 20 rehenes desde 2008, destacaron que en el pasado acciones atribuidas a la guerrilla o a la fuerza pública desembocaron en la ruptura de los diálogos, dentro y fuera de Colombia.
El ex rebelde del ya pacificado Movimiento 19 de Abril (M-19) y ex constituyente, Antonio Navarro, destacó en diálogo telefónico con la AP las marcadas diferencias de la sociedad, la guerrilla y el gobierno actuales con el primer acercamiento entre los bandos en los años 80.
Desde entonces y hasta mediados de los 90 las FARC experimentaron un progresivo crecimiento que los llevó a tener más de 15,000 miembros y se relacionaron con el narcotráfico, que se convirtió en una poderosa herramienta de financiamiento.
Pero a partir de 2002 y con la asistencia en fondos, tecnología y entrenamiento de Estados Unidos, la fuerza pública comenzó a golpear a la insurgencia.
Al menos tres jefes de la guerrilla han muerto desde 2008 en operaciones militares.
Víctor Ricardo, jefe negociador del gobierno en un intento de diálogo en contactos iniciados a partir de 1998, dijo a la AP que "el país está expectante para saber cómo se van a llevar a cabo los diálogos... Qué agenda hay, cuáles son los negociadores y cómo va el tema del cese al fuego, que debe ser punto fundamental". (AP)