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Jueves 27 de septiembre.- Un estudio reciente de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard señala que el “riesgo de enfermedad cardiaca puede estar relacionada con el tipo de sangre”. De acuerdo al referido estudio, las personas con tipos de sangre A, B, o AB tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiaca coronaria que las personas con sangre tipo O”.«««
El estudio fue realizado por Qi Lu , profesor asistente en el Departamento de Nutrición de la nueva Escuela de Harvard de Salud Pública (HSPH). Conforme a esta investigación “los individuos que tienen el tipo de sangre más raro, AB, tenían el mayor riesgo de infarto”.
“Mientras la gente no puede cambiar su tipo de sangre, nuestros hallazgos podrían ayudar a los médicos a entender mejor quién está en riesgo de desarrollar una enfermedad cardiaca”, sostuvo el profesor Qi en un comunicado de prensa de la universidad.
Añadió que “es bueno saber su tipo de sangre de la misma manera que usted debe saber el colesterol o los números de la presión arterial. Si usted sabe que está en mayor riesgo, puede reducir el riesgo mediante la adopción de un estilo de vida saludable, como comer bien, hacer ejercicio y no fumar”.
En el agrupamiento de datos de dos estudios de investigación de larga duración que dio seguimiento a 89,500 adultos de más de 20 años de edad, los investigadores encontraron que las personas con sangre del tipo AB fueron 23% más propensas a desarrollar enfermedad cardíaca que los demás. “Los de tipo B tenían un riesgo 11% mayor, y los de tipo A tenían un riesgo 5% de aumento”.
El estudio no evaluó los procesos biológicos que subyacen en la correlación del tipo de sangre y el riesgo de enfermedades del corazón. “El tipo de sangre es muy complicado, por lo que podría haber múltiples mecanismos en juego”, dijo Qi.
Sin embargo, hay evidencia que sugiere que el tipo A está asociado con niveles más altos de colesterol de lipoproteínas de baja densidad, la sustancia cerosa que puede obstruir las arterias, y de tipo AB está relacionada con la inflamación, lo que puede afectar la función de los vasos sanguíneos. Además, una sustancia que juega un papel favorable en el flujo de sangre y la coagulación puede ser mayor en las personas con sangre del tipo O.
“Comprender el tipo de sangre podría ayudar a los proveedores de salud a adaptar mejor los tratamientos, sugiere Qi. Por ejemplo, un paciente con tipo de sangre A lo mejor puede reducir el riesgo de enfermedad cardiaca al reducir el consumo de colesterol”, señala el profesor.
“El grupo de estudio fue predominantemente de raza blanca, y no está claro si estos hallazgos se traducirían en otros grupos étnicos. El medio ambiente también contribuye al riesgo”, dijo Qi.
El estudio fue publicado por diversos medios especializados, entre ellos, la revista de AHA, Arteriosclerosis, Trombosis y Biología Vascular. En el estudio participaron además de Qi, JoAnn Manson , profesor en el Departamento de Epidemiología, Eric Rimm, profesor asociado en el Departamento de Epidemiología y Nutrición, y Frank Hu, profesor de nutrición y epidemiología de la Universidad. /CAMPUS MÉXICO)