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Si alguna región del mundo responde en el imaginario al concepto de secularización es la región escandinava, del mismo modo que para descristianización se suscita Holanda o Cataluña.
Sorprendente aumento de las vocaciones sacerdotales en Escandinavia
Plantea el semanario The Tablet que del 14 al 19 de septiembre ha tenido lugar en Reikiavik la plenaria de la Conferencia Episcopal Escandinava: 8 obispos de 7 diócesis de 5 países, Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia e Islandia.
En el informe anual han adelantado que se formará un grupo de trabajo de rectores de seminarios para coordinar la labor entre ellos y es que hay ¡60 varones formándose para ser sacerdotes!, en una población en la que los católicos apenas llegan a los 250.000.
Algunos estiman menos católicos, 211.771, pero faltan datos de la diócesis de Helsinki. La revista religiosa inglesa, habitualmente tan desafecta con la Iglesia y todo lo que defiende y representa, lo califica como sorprendente aumento de vocaciones. No existen cifras de otros periodos para afirmarlo, pero en cualquier caso es una noticia esperanzadora y muy animante, quizá lo menos importante sea el número.
Haciendo cálculos rápidos, en el escenario más desfavorable, sale que hay un seminarista por cada 4.000 católicos. Supongo que es fácil extrapolar ese ratio a la diócesis de cada uno, se ahorran a los lectores las comparativas.
E inmediatamente surgirán las preguntas:
qué hicieron, cómo serán esas pequeñas comunidades parroquiales, cómo será su vida, cómo será la oración, el ejemplo y el celo de los casi 500 sacerdotes de los cinco países (entre diocesanos y religiosos),
cómo serán las familias católicas escandinavas, iglesias domésticas, el lugar natural para la transmisión de la Fe, entre otras cosas.