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MADRID, 26 de septiembre.– Manifestantes y policías se enfrentaron ayer en la capital española durante una protesta en los alrededores del Congreso de los Diputados, bajo una fuerte vigilancia policial, a la que acudieron miles de personas.
La ayuda de hasta 100 mil millones de euros que la Eurozona puso a disposición de la banca española y las medidas de austeridad para reducir el déficit público del país han llevado al gobierno español a tomar medidas que han provocado un profundo malestar social.
Un restaurantero, con los clientes detrás, pide a gritos a los manifestantes contra el gobierno de Mariano Rajoy que dejen de tirar piedras a su negocio. (Jasper Juinen/Getty Images)
Cientos de manifestantes permanecían ayer por la noche cerca del Congreso, después de que un tenso cara a cara con las fuerzas del orden motivara escenas de violencia y cargas de la policía.
Los agentes antidisturbios habían golpeado a los asistentes con toletes y dispararon balas de goma intentando dispersar a los miles de asistentes que denunciaban una democracia “secuestrada” y sujeta a “los mercados financieros”.
Los manifestantes se concentraron frente a las vallas colocadas para proteger el Congreso de los Diputados tras marchar por el centro de Madrid en dos protestas pacíficas. (AP)
Hasta el cierre de esta edición, se habían registrado al menos 32 heridos, uno de ellos “grave”, según los servicios de urgencias, y otros 14 fueron detenidos, según un balance provisional de la policía.
Miles de personas, muchas llegadas desde fuera de Madrid, se habían ido concentrando desde la tarde en las inmediaciones del Congreso de los Diputados, acusando a los políticos de tener “secuestrada” la democracia.
Respondían a una iniciativa ciudadana que bajo el nombre de “25-S. Rodea el Congreso” había llamado a cercar la Cámara, instando a la dimisión del gobierno de Mariano Rajoy, la disolución del Parlamento y a un nuevo proceso constituyente, pese a las advertencias del Ejecutivo y a que la ley prohíbe manifestaciones junto al Congreso cuando los diputados están reunidos.
La jornada Ocupa el Congreso congregó a miles de españoles.
“Éstas son nuestras armas”, coreaban los manifestantes, algunos de ellos sentados en el suelo, alzando las manos al cielo.
Varias organizaciones y movimientos de indignados habían convocado esta protesta a través de las redes sociales con el objetivo de rodear el Congreso, en el que los diputados se reunían en sesión plenaria y que desde la mañana de ayer estaba protegido por barreras metálicas y por cientos de policías antidisturbios.
“Hoy parecía un día clave para un ataque contra el sistema del Estado y contra los políticos”, lanzó José Luis Sánchez, estudiante en Ingeniería de 23 años, que se desplazó desde Burgos, en el norte de España, y se encontraba entre los primeros manifestantes en la Plaza de Neptuno.
“Nos han robado nuestra democracia”, denunciaba Soledad Núñez, una comerciante de 53 años de Castilla y León que lucía dos claveles rojos y una pancarta que rezaba: “¿De verdad crees que cruzando los brazos esto se arregla?”.
Horas después de iniciados los enfrentamientos, esta medianoche la policía mantenía su cerco de seguridad a la sede del Congreso.
Los primeros choques estallaron en la plaza de Neptuno, cercana al Congreso, cuando los policías cargaron golpeando con toletes a unos manifestantes que intentaron derribar una de las barreras dispuestas en las inmediaciones de la Cámara baja.
Varias decenas de personas se concentraron también ante las embajadas de España en algunas capitales europeas, como París y Londres, además de Ámsterdam, en apoyo a las manifestaciones en Madrid.