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BARCELONA, 27 de septiembre.- Al término de tres días de debates, el Parlamento de Cataluña aprobó, este lunes, con una amplia mayoría de 84 de 131 votos emitidos, una propuesta promovida por el presidente del Gobierno regional, Artur Mas, para celebrar una consulta popular sobre una futura independencia de esta región autónoma del noreste de España. Mas aseguró que llegó la hora de que Cataluña "ejerza su derecho a la autodeterminación".
La Cámara catalana aprueba impulsar una consulta soberanista con el apoyo de CiU, ERC, ICV y SI. (Foto Marcel.lí Sàenz/ EL PAÍS)
La iniciativa fue presentada por el partido nacionalista gobernante Convergència i Unió (CiU) y contó con el apoyo de la formación izquierdista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). El Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) se abstuvo durante la votación -salvo uno de sus diputados, Ernest Maragall, que desobedeciendo la disciplina de partido votó a favor-, mientras que el Partido Popular, al frente del Gobierno central español, y el pequeño partido antinacionalista Ciutadans votaron en contra de la propuesta para que la población catalana decida "libre y democráticamente su futuro colectivo".
"El Parlamento de Cataluña constata la necesidad de que el pueblo de Cataluña pueda determinar libre y democráticamente su futuro colectivo e insta al Gobierno a hacer una consulta prioritariamente dentro de la próxima legislatura", tras las elecciones regionales del 25 de noviembre, dice la declaración, que, sin embargo, es una mera declaración de intenciones con peso simbólico pero sin valor vinculante.
El Gobierno español, por su parte, recordó que la convocatoria de un eventual referéndum soberanista en Cataluña tiene que ser autorizado por el Estado español. Si se hiciera una convocatoria recurriendo a la ley catalana, el Gobierno español podría pedir al Tribunal Constitucional dejarla sin efecto, señaló la vicepresidente del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, quien recordó, al ser preguntada sobre ese asunto en una conferencia de prensa, que esa convocatoria afectaría "al conjunto de todos los españoles", por lo que tendría que ser en todo el país. "No sólo hay instrumentos jurídicos y judiciales para pararlos sino un Gobierno, este Robierno, que está dispuesto a usarlos", agregó.
Artur Mas anunció, el martes, la convocatoria de elecciones anticipadas tras la negativa del Ejecutivo central de Madrid a negociar con la región un nuevo sistema que le permita gestionar sus impuestos. Asfixiada por la crisis, Cataluña, otrora motor económico del país y ahora su región más endeudada, ve crecer el fervor nacionalista, que el pasado 11 de septiembre sacó a un millón de personas a las calles de Barcelona para reclamar la independencia de una España a la que achacan sus problemas financieros.
Los populares acusaron a Mas de cometer una “grave irresponsabilidad” al forzar la ruptura con el resto de España. El PP impulsó una batería de propuestas en defensa del orden institucional —perdió todas— y, en pleno agravio, se alineó con Iniciativa per Catalunya reprobando la acción del Gobierno de Mas y su política sanitaria, aunque ellos mismos habían aprobado el euro por receta. Y entraron en un terreno casi tabú: apoyaron la denuncia de los ecosocialistas de los casos de corrupción que han salpicado a CiU como el caso Palau y el de las ITV. Alicia Sánchez-Camacho, la líder del PP, salió del Parlament en medio de los fuertes abucheos de unos 200 independentistas apostados ante el edificio. (AFP / DPA / EFE)